sábado, 6 de diciembre de 2008

¿Por qué dejé de ser de izquierdas?

“El socialismo es una enorme mentira, y esa mentira es un hecho moral. (…) Es muy biográfico, cada uno tiene su propia trayectoria y va inoculando anticuerpos que hacen que no funcione el virus”

Federico Jiménez Losantos

Este libro acaba de salir en España. Estoy esperando como loco a que me lo traigan para leerlo. Escrito por una serie de periodistas y personajes que en su juventud fueron de izquierda, desde la más radical a la moderada socialdemócrata, y en algún momento de su vida se dieron cuenta de las mentiras que sostienen a la utopía socialista y lo destructiva que puede llegar a ser esa ideología puesta en práctica.

Como sólo he leído el epílogo, el cual pueden bajar desde el siguiente enlace http://www.porquedejedeserdeizquierdas.es/epilogo.pdf , no puedo hacer un comentario más profundo, pero comparto con quien lea mi blog una entrevista hecha en Libertad Digital TV a los autores del libro.





miércoles, 29 de octubre de 2008

La tradición liberal de nuestros "padres fundadores"

Decía Lord Acton que “la historia es una red tejida por manos no inocentes”. Frase de una vigencia tal en la Venezuela de inicios del siglo XXI, en donde el gobierno ha pretendido cambiar la manera (sin calificar de buena o mala) de interpretar y referir a los hechos históricos. Se nos dice ahora que el Padre de la Patria, Simón Bolívar, era socialista; que no nació en Caracas, sino en Barlovento o San Mateo; al 12 de octubre ahora se le llama “Día de la Resistencia Indígena” y pare usted de contar.

El gobierno intenta cambiar la interpretación de la historia apoyándose en el hecho que a los ciudadanos se nos ha mal enseñado en la escuela a estudiar nuestra historia. Esta tarea no ha pasado de ser mera memorización y repetición (a veces ni eso se logra) de algunas fechas consideradas de importancia histórica. No revisamos el contexto en que ocurrieron los eventos y mucho menos nos enseñan las tradiciones del país que nos conquistó y colonizó, España, quizás por aquel sentimiento de amor-odio que tenemos los latinoamericanos con ese país.

Casi nos sabemos el himno nacional completo, y repetimos que su letra fue escrita por Vicente Salias y la música de Juan José Landaeta. También repetimos que dimos un primer paso a la independencia el 19 de abril de 1810 o que la misma fue firmada el 5 de julio de 1811, pero, poco sabemos del contexto (incluso mundial) de cuando ocurrieron esas fechas o el significado de la letra del himno nacional, y mucho menos que nuestra primera constitución (la de 1811) fue pensada bajo los principios liberales que inspiraron a los “padres fundadores” de la revolución que le dio la independencia a las 13 colonias inglesas que hoy conocemos como los Estados Unidos de América.

Leyendo una conferencia que dictó Carlos Alberto Montaner, incorporada en su libro “La Libertad y sus Enemigos”, y que la tituló “Las desventuras del liberalismo en Iberoamérica” encontré algo interesante y que me llevó a analizar elementos de nuestra historia que me llevan a titular este artículo. Montaner refiere un capítulo de la historia de España, para mi desconocido, respecto de una frase que mostraba como en la España de esa época se asumía de manera resignada la existencia de un Estado absolutista, que fue la tradición de la corona española de esa época. La referida frase era “¡Vivan las cadenas!”. Según explica Montaner, dicha frase era la manera española de aceptar el dictum de Luis XIV de Francia, que el Rey era el Estado o que la oligarquía dominante era el Estado y que la sociedad poco contaba dentro del andamiaje institucional.

Cuando leí el fragmento de la conferencia que contenía la frase “¡Vivan las cadenas!”, era casi media noche en Venezuela, y como la legislación exige que los canales de televisión transmitan el himno nacional, este empezó a sonar. Cuando escuché la primera estrofa, mi mente hizo clic, como si me hubiera percatado de algo importante. Para recordar, dicha estrofa dice:

¡Abajo Cadenas! ¡Abajo Cadenas!
Gritaba el señor, gritaba el señor
Y el pobre en su choza, libertad pidió
A este santo nombre, tembló de pavor
El vil egoísmo, que otra vez triunfó

Me dije a mi mismo. ¡Nuestro himno es liberal! Quizás algún historiador me dirá que estoy tergiversando los hechos o que soy un completo ignorante de la historia de mi propio país, pero, de acuerdo a mi óptica nuestro himno refleja los ideales liberales que nuestros “padres fundadores” tenían cuando empezó el movimiento independentista, inspirado por la independencia norteamericana.

Y eso mismo es lo que los liberales del siglo XX pedían y lo seguimos pidiendo los liberales del siglo XXI. ¡Abajo Cadenas!, es decir, quitar la pesada mano visible del Estado interventor de nuestras vidas. Y el pobre en su choza, libertad pidió; eso mismo pedimos, libertad para que los ciudadanos, en especial los más pobres, puedan generar riqueza y puedan hacer uso pleno de su propiedad. Libertad plena, sin matices de ningún tipo, libertad económica y libertad política.

Pero en la misma estrofa, también refleja nuestra tragedia. A este santo nombre (el de la libertad), tembló de pavor, el vil egoísmo, que otra vez triunfó. Muy a pesar que es conocido que la libertad es la única vía para generar prosperidad, ese santo nombre pone a temblar a los políticos estatistas y socialistas y empresaurios, que en perfecta simbiosis impiden que la libertad florezca, ya que representa para ellos la pérdida de sus privilegios y prebendas.

Esto me lleva a recordar una investigación histórica que se ha venido haciendo desde hace algunos años, que ha encontrado indicios que nuestro himno nacional fue escrito por el gran Andrés Bello y su música compuesta por Inocente Carreño.

Más allá de quien haya escrito la letra del himno, es necesario que miremos a la historia y rescatemos las ideas de libertad de nuestros “padres fundadores”. Roscio, Miranda, Bello, todos ellos muy liberales, por cierto.

domingo, 26 de octubre de 2008

Un atraco universal

El gobierno argentino, dirigido por la peronista (y socialista) Cristina Fernández de Kirchner, decidió la semana pasada nacionalizar (un término más suave en vez de robar) los fondos de pensiones privados, a los fines de obtener financiamiento ya que no lo consiguen en los mercados, situación que se recrudece con las restricciones crediticias que se originarán a partir de la crisis financiera mundial.

Comparto con ustedes un buen artículo, titulado "Un atraco universal", escrito por mi buen amigo Gabriel Calzada, director y fundador del Instituto Juan de Mariana de España

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Últimamente los políticos parecen empeñados en robarnos la cartera por cualquier vía y con cualquier pretexto. En Estados Unidos, Bush, Obama y MacCain apoyaron el plan Paulson para socializar las pérdidas de las hipotecas subprime creada por los políticos con las leyes de reinversión comunitaria y, sobre todo, mediante la burbuja financiera estimulada por la Reserva Federal. En España, el "plan Paulsoncito" de Zapatero y las garantías públicas a los nuevos créditos que conceda la banca van ser costeados por los socialistas (del PSOE y del PP) con cargo a nuestros ahorros.

En Argentina, en cambio, los políticos no pretenden ocultar el robo como aquí. Allí, Cristina Fernández de Kirchner ha decidido expoliar los ahorros privados que se encuentran depositados en los fondos de pensiones para acceder a una financiación extraordinaria con la que afrontar su calamitoso manejo de las arcas públicas y tener liquidez para si tuviera que llevar a cabo algún rescate. La banca española, que hace unas semanas aplaudía las dictados intervencionistas de la presidenta peronista, tiemblan ahora de pánico.

Esto no es la primera vez sucede en Argentina. Durante la crisis de 2001 el Gobierno ya hizo gala de su esencia depredadora metiendo la mano en los fondos de pensiones. En 1956, el Estado también se apropió de ellos para hacer frente a los pagos de la deuda pública. Años más tarde, Perón se refirió a este expolio diciendo que fue "simplemente un robo, porque ésa no era plata del Estado, era plata de la gente que había formado esas sociedades y esas organizaciones".

Cristina se encuentra ahora ante la necesidad de explicar por qué la opinión del fundador de su partido no debe ser directamente aplicable a sus tropelías. De lo contrario, serán muchos los argentinos que empiecen a considerarla correctamente como un vulgar asaltador de caminos. Perón dejó muy claro que la toma de los fondos de pensiones fue "un asalto". No sólo eso. A diferencia de los políticos actuales, el fundador del justicialismo entendía las consecuencias económicas de la fechoría: "naturalmente que, después de ese asalto, los pobres jubilados comenzaron a sufrir las consecuencias de una inflación que no pudo homologar ningún salario ni ninguna jubilación".

Y es que Perón, a pesar de todo su nefasto populismo, parecía tener algunos límites morales de los que carecen los Kirchner. Por desgracia también carecen de esos escrúpulos Zapatero, Rajoy, Bush, Sarkozy, Merkel y la inmensa mayoría de los gobernantes internacionales. ¡Cómo ha tenido que degradarse la clase política para que Perón ya resulte una persona sensata!

viernes, 24 de octubre de 2008

De novelas...

Confieso que siempre he sido novelero. Siempre me han llamado la atención, en especial cuando encuentro una historia que me parezca interesante. De joven, cuando sólo podía ver los canales nacionales siempre había una que me atrapaba, y por supuesto no me perdía ningún capítulo.

De los 80, recuerdo a Estefanía, una novela ambientada en la época de la última dictadura militar de Venezuela (¿quién puede olvidar a Gustavo Rodríguez interpretando a Pedro Escobar?). También en esa época vi Gómez I y Gómez II, toda una historia de amor e intrigas, ambientada en los años de la dictadura de Juan Vicente Gómez. Escrita por José Ignacio Cabrujas (cuyo mayor defecto era ser de izquierda), quien que haya vivido en esa época puede olvidar la perfecta actuación de Rafael Briceño como el temible dictador. Creo que para muchos venezolanos esa es la imagen que tenemos de Gómez, con todo y su chito.

De esa época recuerdo que Venezuela
empezaba a perfilarse como toda una potencia en novelas. Cristal, La Dama de Rosa, La Fiera, Las Amazonas. Y no se puede dejar pasar Leonela, que contaba la historia de una violación y la relación de los involucrados. Fueron todo un éxito. En Venezuela y en el exterior. En esa época no se hablaba sino de las novelas venezolanas, y en el panorama nadie hablaba de Colombia, México o Brasil.

Luego en los noventa se produjo Kassandra. Todo un suceso. La telenovela más transmitida en el mundo. Tan importante fue, que en los momentos de su transmisión era capaz de detener una guerra. La guerra de Bosnia. Y de esa época no se puede dejar de mencionar, aunque no me haya gustado, Por estas calles.

Ya para los 90, yo estaba terminando bachillerato y entraba en la universidad. En esa época los canales de señal abierta con mayor cobertura (RCTV y Venevisión) empezaron a transmitir novelas de otros países. Confieso que me quedé pegado con Guadalupe (con los eternos Adela Noriega y Eduardo Yañez) y una novela brasilera titulada "Nido de Serpientes". Pero también en esos años empezó el declive de la fórmula de exito de las novelas venezolanas.

En los 2000, ya habíamos perdido todo dominio internacional en el tema de novelas. Brasil hizo producciones extrao
rdinarias como Xica da Silva o una que vi por completo, El Clon. También Colombia daba destellos de buenas producciones. Una que bien recuerdo, titulada Luzbel, que aquí en Venezuela fue transmitida por Televén. Y recuerdo bien porque en mi oficina, los hombres éramos quienes comentábamos la novela.

En los últimos años las novelas venezolanas no presentan nada nuevo.
Ya ni son nombradas en el exterior. Los escritores presentan situaciones inverosímiles, y las actuaciones, con pocas excepciones, dejan mucho que desear. En cambio, las producciones colombianas son de una factura increible. Yo soy Betty, la fea; Los tacones de Eva, El auténtico Rodrigo Leal o Pura Sangre son ejemplo de ello. Y sin usar muchos argumentos rebuscados, por ejemplo Pura Sangre, que actualmente es transmitida por Venevisión, usa el clásico argumento de El Conde de Montecristo. Tanto han mejorado las producciones colombianas, que empresas como Fox o Sony han comprado producciones (que no son novelas sino series) como Tiempo Final o la versión de Desperate Housewives.

Y que decir de Brasil. Producciones de calidad, que muestran los problemas sociales que viven los brasileños pero que a su vez presentan argumentos de calidad y las actuaciones de primera.

En cambio, en Venezuela producimos novelas inverosímiles. Que intentan reflejar los problemas sociales, pero no lo logran. Muestran situaciones no creibles. Transmiten antivalores. Deforman el lenguaje. Los actores no se preparan y creen que con tener una cara bonita es suficiente. Los libretistas y autores no tienen imaginación, ni siquiera para usar argumentos de los clásicos.

Quizás esta situación es un mero reflejo de la crisis que actualmente vive la sociedad. Pero ¿cómo es posible que hayamos perdido una ventaja comparada que teníamos al producir novelas? ¿cómo recuperamos el camino extraviado?

jueves, 16 de octubre de 2008

¿Estamos Perdidos?

“La dictadura en ningún caso puede sobrevivir si no logra convencer a la mayoría de que el sistema social que preconiza es el mejor o, si quiera, el menos malo”

Ludwig von Mises

La conquista del poder cultural es previa a la del poder político y esto se logra mediante la acción concertada de los intelectuales llamados “orgánicos” infiltrados en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios.

Antonio Gramsci

“tenemos razón, pero poca… y la poca que tenemos no nos sirve de mucho”

Refrán popular brasilero

Esta pregunta ha estado rondando en mi cabeza desde hace tiempo, pero ayer volvió a tener más relevancia entre las cosas que intento analizar. Precisamente ayer, 15 de octubre de 2008, en El Nacional, en su encartado de economía y finanzas, al tema principal, titulado “Socialismo puro y duro” le dedicaban un análisis detallado de la postura ideológica del gobierno, en especial frente a la crisis financiera que tiene varias semanas ocurriendo en buena parte de los mercados de capitales del mundo.

Lo relevante del análisis, no era confirmar lo que desde hace tiempo viene anunciando el gobierno, su posición antimercado y su intención de implantar en el país el “Socialismo del Siglo XXI”, que a mi entender no es más que el socialismo marxista del siglo XX, pero en el siglo XXI. Lo relevante, y en buena parte aterrador, es el resultado de un estudio realizado por Ecoanalítica (ver gráfico) en donde se encontró que la mayoría de la población venezolana, esté o no a favor del actual gobierno, apoya de alguna u otra manera el discurso estatista de Hugo Chávez.

De este estudio se observa que el 80,9% de los seguidores del gobierno, llamados “chavistas” apoyan que el Estado debe dirigir y planificar la economía. Esto no debería extrañarnos. Lo que sorprende es que el 63,3% de los llamados opositores al gobierno también apoyan la misma idea. En pocas palabras, nos debatimos políticamente entre dos versiones de socialismo, el revolucionario que lo representa la administración Chávez, y el democrático que sería representado por los partidos de oposición. Y es que ni siquiera este grupo apoya el uso de un modelo mixto o lo que han llamado los socialistas de otras partes del mundo, la tercera vía. Los opositores que apoyan la tercera vía, apenas representan el 16,4%. Este resultado es lo que me ha llevado a preguntar si estamos perdidos. Y no sólo hablo de los grupos liberales con los que estoy involucrado. Me refiero al país en general.

¿Cómo pretendemos salir de Chávez y enrumbar al país hacia un mejor destino, si la mayoría de las personas acepta en mayor o menor medida que el Estado sea quien planifique nuestras vidas? Ese Estado que supuestamente la mayoría detesta, que entorpece cualquier acto de iniciativa individual pero que representa el sueño dorado, de donde la mayoría pretende alimentarse o recibir algún beneficio. Y el problema principal es que además de la tradición histórica de nuestra nación, que ha apoyado más al Estado que al individuo, aunada a los falsos mitos y creencias que tenemos sobre nosotros mismos y sobre nuestra mala situación, la mayoría de la población no conoce otra manera de vivir sino aquella en que el Estado es el centro de la vida de la sociedad.

Titánica tarea nos toca a los grupos liberales. Sean movimientos políticos o centros intelectuales. Tenemos que hacer literalmente lo que dijo el comunista Gramsci, conquistar el poder cultural antes de pensar tomar el poder político. Tenemos que difundir ideas, explicar una y mil veces las ideas de libertad que conocemos, usar ejemplos cercanos y lejanos de los resultados de la libertad, y no sólo en el ámbito económico, de manera de conseguir, tal y como dicen algunos amigos liberales, una masa crítica de ciudadanos que asuma de manera racional nuestros puntos de vista y logremos cambiar el escenario político. Y por sobre todas las cosas, dejar de ver las pequeñas islas de diferencias que hay entre nosotros y observar el ancho mar de coincidencias que compartimos.

Es la única manera para que no estemos perdidos. Por lo menos en la que yo creo.

domingo, 24 de agosto de 2008

Mentiras oficiales

Decir la verdad es un
prejuicio pequeño-burgués.

Lenín

El gobierno bolivariano ha llenado las principales vías públicas de Caracas con miles de pancartas y vallas resaltando que por primera vez y gracias a su apoyo la cantidad de atletas que asistieron a las olimpiadas fue de un número notablemente superior a cualquier otra participación previa.

Igualmente han hecho lo mismo a través de los medios audiovisuales, en donde hasta las empresas del estado como CANTV y PDVSA han intentado hacer ver que gracias al gobierno es que se ha logrado esta participación.

En especial hay un comercial en donde se hace un recuento de la participación venezolana en las olimpiadas desde Moscú 1980 hasta Atlanta 1996, resaltando que la asistencia de atletas sólo había sido producto de su esfuerzo individual, pero que en este año 2008 y gracias a la revolución deportiva todo cambió y la participación fue de 109 atletas.

Característico de los gobiernos comunistas, que manejan la propaganda y la mentira como parte de su política oficial, en ese comercial se obvia de manera descarada que desde 1996 hasta antes de las de Beijing 2008, se han llevado a cabo dos encuentros olímpicos.

En el año 2000, ya con la revolución en el gobierno, participaron 51 atletas en las olimpiadas de la ciudad de Sidney, Australia. En el año 2004, ya con seis años de revolución bolivariana y altos precios petroleros, la participación venezolana fue de 48 atletas. Nada diferente a las participaciones previas.

Pero, ¿cuál fue la diferencia para estas olimpiadas? Sin quitarle el mérito al esfuerzo individual de los deportistas hay que recordar que el Comité Olímpico Chino pidió explícitamente a el Comité Olímpico Internacional disminuir las exigencias de las pruebas clasificatorias de manera de permitir que llegaran una mayor cantidad de atletas.

Es lamentable que el gobierno con sus mentiras (o medias verdades) oficiales haya creado tantas expectativas de la participación de nuestros atletas, cuando ya hoy terminada la justa los resultados nos han sido muy adversos. Sólo 1 medalla de bronce y caímos al puesto 79 en el ranking de países en competencia.

Es importante reflexionar sobre este resultado, y sobre todo exigir que el gobierno deje de usar la propaganda para mentirnos descaradamente.

jueves, 21 de agosto de 2008

Cuando se pierde, se pierde...


Hoy reproduzco un artículo del economista catalán Xavier Sala-i-Martin acerca de la "crisis" de los créditos sub-prime.

Si quieren saber un poco acerca de este peculiar personaje de chaquetas y corbatas extravagantes, pueden visitar su página: http://www.columbia.edu/~xs23/home.html

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Cuando Se Pierde.. Se Pierde

Supongo que muchos de ustedes no juegan regularmente a la ruleta y, si lo hacen, apuestan cantidades moderadas porque saben que si juegan demasiado acabarán perdiendo mucho. Pero, ¿qué harían si el gobierno decidiera devolverles el dinero cada vez que no sale el número apostado? Si me permiten, yo les recomendaría que se fueran corriendo al Banc Sabadell, pidieran un crédito de millones de euros y se fueran directos al casino: cuando los números les salieran de cara, se forrarían y cuando no, el gobierno se lo devolvería todo. Naturalmente, ese programa tendría dos consecuencias. La primera es que nos convertiría a todos en jugadores patológicos. Y la segunda, que en pocas semanas el gobierno se quedaría sin un euro.

Absurdo, ¿no? Pues eso es precisamente lo que proponen algunos políticos norteamericanos para salir de la incipiente crisis financiera. La historia empezó hace cinco años cuando, al ver que los tipos de interés eran anormalmente bajos, algunos financieros listos vieron una oportunidad de negocio en las familias consideradas "peligrosas". Es decir, familias poco solventes, con rentas bajas o con un historial de impagos catalogados como "clientes de baja calidad" (o, en inglés, "subprime"). Al no haber competencia de los bancos normales ya que no quieren tener nada que ver con esos clientes peligrosos, los nuevos financieros podrían concederles créditos hipotecarios a un tipo de interés elevado. El negocio consistía en pedir dinero a los bancos normales a tipos bajos y prestar a clientes peligrosos a tipos altos.

Para hacer más atractivo el paquete, ofrecían programas de repago con cuotas muy bajas durante cinco años. En realidad, era como si inicialmente dieran tipos de interés subsidiado, un subsidio que pensaban cobrar con creces a partir del quinto año.

Pues bien. Estamos hoy en el quinto año, las cuotas han subido y, como era de esperar, una parte de esas familias "peligrosas" no han podido afrontar sus pagos y los financieros se han visto obligados a quedarse con sus casas. El problema es que los precios de esas casas han bajado y los tipos de interés han subido con lo que esos financieros se han quedado sin negocio y con una enorme cartera de viviendas que no pueden vender. Muchos de ellos, amenazados de quiebra, están despidiendo a sus trabajadores, cerrando locales y reduciendo dramáticamente sus actividades. Es la llamada "crisis de los créditos subprime".

Como siempre que ocurren crisis de este tipo, ya han aparecido los políticos que reclaman la intervención del gobierno y de la Reserva Federal para que facilite dinero barato a esas empresas con el objetivo de evitar que se vayan al garete. Eso sería un error: una de las bases del sistema financiero es que los beneficios elevados se consiguen sólo si uno asume riesgo. Es decir, el retorno es el premio para quien se arriesga a ganar mucho… o perder mucho. Y los financieros sabían que recibían un interés más elevado de lo normal, única y exclusivamente porque estaban prestando a clientes "peligrosos". Si la cosa hubiera salido bien, ellos se hubieran quedado el dinero. Ahora que ha salido mal son ellos, y no los contribuyentes, los que deben pagar las consecuencias. Salvarlos ahora de la ruina tendría los mismos resultados que el programa de devolver el dinero a quien juega a la ruleta y pierde: aparte de malversar recursos públicos, aparecerían muchos nuevos financieros con ganas de especular con riesgos excesivos porque sabrían que, en caso de que las cosas salieran mal, el gobierno les salvaría el trasero.

Todo esto no quiere decir que el gobierno no deba intervenir. Lo debe hacer en dos áreas distintas. Primera, si la crisis se contagia al resto de la economía, entonces y sólo entonces, deberá bajar los tipos de interés. Pero no como una cosa especial, sino siguiendo las mismas reglas que utilizaría la crisis hubiera sido causada por un aumento de los precios del petróleo, un ataque terrorista o una recesión en China. Segundo, el gobierno debe asegurarse que las familias no fueron engañadas con el anzuelo de intereses subsidiados al principio seguido de intereses usureros a partir del quinto año. Si las familias sabían y entendían lo que estaban haciendo, no hay problema. Pero si fueron inducidas al engaño, los timadores deben ser perseguidos. Y para impedir que futuros financieros abusen de los clientes siguiendo esa estrategia, el estado podría aprobar una ley que permitiera a cualquier cliente devolver el resto de la hipoteca en cualquier momento y sin penalización. De este modo, si un financiero decide subsidiar los intereses durante cinco años, allá él: los clientes aceptarán encantados ese regalo porque, llegado el quinto año, podrán pedir otro préstamo a tipos normales y devolver el dinero al usurero con lo que éste se quedará sin negocio.

Dicho esto, lo que no debería hacer el gobierno es imponer regulaciones y barreras que impidan la aparición de nuevos empresarios financieros que se arriesguen e innoven. Al fin y al cabo, aunque todo esto acabe en una crisis, el episodio del crédito "subprime" ha permitido que millones de familias pobres pudieran comprar casas. Y, de hecho, el 97% de ellas ha resultado ser lo suficientemente solvente para devolver el dinero e impedir que eso pueda volver a suceder sería un error. Ahora bien, el gobierno debe dejar claro que, como diría el gran filósofo e inventor de la técnica de la obviedad con mensaje profundo, Johan Cruyff: cuando se gana, se gana, y cuando se pierde… se pierde.

domingo, 20 de julio de 2008

El Síndrome del niño rico

Recién estos días una amiga europea me visitó aquí en Venezuela. Al subir por la autopista desde el aeropuerto de Maiquetía, mi amiga dijo al referise a las zonas pobres que bordean Caracas "... pero los pobres no viven tan mal, tienen sus casas..."

Cuando intenté explicarle a ella que la pobreza en mi país era producto de un estado interventor de la economía, que no respetaba los derechos de propiedad y que no permitía que los ciudadanos generacen riqueza. Toda esta situación era un poco extraña para mi amiga.

Luego cuando visitamos otra zona, que se puede calificar como pobre, esta chica volvía a decir que le parecía que la gente no era tan pobre porque tenían casa y algunos tenían carro, cosa que ella en Europa no podía tener. Yo intentaba volver a explicarle que la pobreza era resultado del continuo irrespeto a la propiedad privada por parte de los gobiernos. Incluso intenté explicarle que si alguien pobre o clase media quisiera emprender un negocio con la finalidad de hacerse rico, era prácticamente imposible. A este planteamiento me respondió que "... para que alguien necesitaría volverse rico, no es necesario tanto dinero ..."

Entonces yo entendí. Alguien que no enfrenta diariamente que es irrespetada su propiedad privada no entiende cuando sucede, y como escribió Hayek en Camino de Servidumbre, "... nuestra generación ha olvidado que el sistema de la propiedad privada es la garantía más importante de la libertad ..." Y esto es lo que ahora llamo "El Síndrome del Niño Rico". Como dan por sentado que su propiedad es respetada, no perciben que la falta del respeto de la propiedad es la razón de la pobreza. Quizás por eso vemos a tanto niño rico pensando que la solución de la pobreza es ofrecer caridad a los pobres, pero no ven que para que esos pobres dejen de serlo lo importante es que tengan pleno uso de su propiedad. Quizás por eso vemos planteamientos como el Capitalismo Creativo de Bill Gates.

La única salida de la pobreza es el respeto al derecho de la propiedad privada. Y eso deben aprenderlo los pobres, respetarlo los gobiernos y más importante, recordarlo los niños ricos, sean estos venezolanos, gringos o europeos.

miércoles, 16 de julio de 2008

La Injustificada Canonización de Allende

Hace días fue publicado en El Nacional un artículo de opinión firmado por Eduardo Mayobre, titulado Allende y la izquierda democrática, en donde el autor, a razón de que en este año se cumplieron 100 años del nacimiento del ex-presidente Chileno, pretende demostrar la supuesta vigencia de su mensaje y su gestión gubernamental.

El Sr. Mayobre también indicaba que en la época cuando Allende llegó al poder, los movimientos de izquieda en latinoamérica se ubicaban del lado radical revolucionario, representado por Fidel Castro, y en el otro extremo, la social democracia representada por Rómulo Betancourt. Para el autor, Allende representaba la tercera vía de la izquierda, la "vía chilena al socialismo", la implantación de un régimen marxista por vías democráticas.

El autor, como buen militante de la izquierda borbónica (esa, que como dice Petkoff, ni olvida ni aprende), intenta diferenciar al actual gobierno socialista marxista que dirige a Venezuela de esa vía chilena al socialismo, llegando a decir que Allende hubiese repudiado al gobierno de Hugo Chávez. El autor olvida, u oculta de manera intencionada, que el único resultado del socialismo marxista es el totalitarismo y la destrucción económica de los ciudadanos, y era la vía que el gobierno de Allende estaba tomando, pero cuyo resultado fue peor, la aparición de una terrible dictadura.

Para contestarle al Sr. Mayobre, hoy reproduzco un artículo de Lorenzo Bernaldo de Quirós llamado La Injustificada Canonización de Allende.

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La conmemoración del treinta aniversario del golpe de Estado contra Salvador Allende el pasado 11 de septiembre ha desencadenado una ola de comentarios y análisis en los cuales se canoniza la figura del derrocado presidente y se le convierte en una especie de mártir de la democracia. Sin duda, la larga dictadura instaurada por el general Pinochet y la brutal represión a la que dio lugar merecen una condena unánime. Sin embargo, la historia del fin del gobierno de la Unidad Popular es bastante distinta a la reflejada por una buena parte de los medios en estos días y muy diferente a como se contempló en su momento. Como expresaba The Economist en su editorial del 13 de septiembre de 1973: "La muerte transitoria de la democracia en Chile será lamentable, pero la responsabilidad directa pertenece claramente al Dr. Allende y a aquellos de sus seguidores que atropellaron la Constitución".

La tragedia chilena no fue el producto de la casualidad ni de los intentos de las "fuerzas reaccionarias" de acabar con un proceso de cambio pacífico, sino el efecto directo del proyecto ideológico diseñado por el Partido Socialista de Chile. En sus congresos de Linares (julio de 1965) y de Chillán (noviembre de 1967), el PSCH se definía como marxista-leninista y proclamaba la legitimidad del uso de la fuerza como medio para alcanzar y/o mantener el poder. En el Congreso de Chillán, la resolución adoptada unánimemente por los compromisarios decía que "la violencia revolucionaria es inevitable y legítima... Constituye la única vía que conduce a la toma del poder político y económico, y su ulterior defensa y fortalecimiento. Sólo destruyendo el aparato democrático-militar del Estado burgués puede consolidarse la revolución socialista". Obviamente de esta misma opinión eran los restantes miembros de la coalición allendista como el MIR o el Partido Comunista (Ver Julio Cesar Jobet, La Historia del Partido Socialista de Chile, Documentas, 1987)

A mediados de 1973, el ejercicio antidemocrático del poder por parte de Allende y de sus ministros le había conducido a un choque institucional abierto con los poderes legislativo y judicial. El 23 de agosto de ese año, la Cámara de Diputados por una mayoría de dos tercios y, el 26 de mayo, la Corte Suprema denunciaron la violación de los derechos constitucionales y de la legalidad practicadas por el gobierno. En un discurso pronunciado a los pocos días, el Presidente respondió: "En un período de revolución, el poder político tiene derecho a decidir en último recurso si las decisiones judiciales se corresponden o no con las altas metas y necesidades históricas de transformación de la sociedad, las que deben tomar absoluta precedencia sobre cualquier otra consideración. En consecuencia, el Ejecutivo tiene derecho a decidir si lleva a cabo o no los fallos de la justicia". Esta declaración es consistente con la formulada por su Ministro de Justicia el 1 de julio de 1972: "La revolución se mantendrá dentro del derecho mientras el derecho no pretenda frenar la revolución". Esta fue la base moral y política del alzamiento contra el gobierno de la Unidad Popular.

En su carta al Presidente de la Democracia Cristiana Internacional, 8 de noviembre de 1973, Eduardo Frei sintetiza la coyuntura chilena que desencadenó en el golpe de Estado en los siguientes términos: "Trataron de manera implacable de imponer un modelo de sociedad inspirado claramente en el marxismo leninismo. Para lograrlo aplicaron torcidamente las leyes o las atropellaron abiertamente, desconociendo los Tribunales de Justicia... En esta tentativa de dominación llegaron a plantear la sustitución del Congreso por una Asamblea Popular y la creación de Tribunales Populares, algunos de los cuales llegaron a funcionar, como fue denunciado públicamente". De esta manera, el ex presidente Frei, cuyo partido había apoyado la elección presidencial de Allende, ponía de manifiesto las causas determinantes de la crisis.

La caída de Allende supuso un retroceso para las aspiraciones soviéticas de infiltrar y desestabilizar el continente iberoamericano, estrategia asumida por el Partido Socialista en su Congreso de Linares en el cual se abogaba por "promover un proceso de enlace y coordinación e integración de todos los movimientos revolucionarios de América Latina". A lo largo de sus tres años en el gobierno, la Unidad Popular había transformado Chile en un satélite cubano y daba pasos decisivos para convertir el país en un Estado comunista desde una base electoral del 32.6% de los votos y con minoría en el Parlamento. Como declaró a la prensa el futuro presidente del Chile democrático, Patricio Alwyn: "La verdad es que la acción de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros no vino a ser si no una medida preventiva que se anticipó a un autogolpe de Estado, que con la ayuda de las milicias armadas con enorme poder militar de que disponía el gobierno y con la colaboración de no menos de diez mil extranjeros que había en este país, pretendían o habrían consumado una dictadura comunista (La Prensa, 19 de octubre de 1973).

Todo esto sin contar con el abismo socioeconómico al que Allende llevó a Chile. La inflación se situó en el 350% antes del golpe de Estado. Las expropiaciones sin compensación, la pésima gestión macroeconómica, entre otros, se tradujeron en la quiebra de miles de pequeñas y medianas empresas. Una ola de huelgas sacudió el país ante la ineptitud del gobierno y la pobreza alcanzó límites desconocidos en Chile. Con su programa marxista en marcha, la Unidad Popular destruyó la economía chilena y situó al país al borde del precipicio. A pesar de todo, esa no fue la causa central ni principal de la asonada cívico-militar.

La intervención militar fue el resultado de una rebelión civil y parlamentaria ante la deriva del régimen de Unidad Popular hacia el totalitarismo. Allende tenía una limitada legitimidad de origen que destruyó mediante un ejercicio inconstitucional del poder. El resultado fue la entronización de un largo, injustificable y doloroso período de autoritarismo militar con una legión de ciudadanos exiliados, encarcelados y torturados. Ahora bien, Salvador Allende carece de títulos para figurar en el santoral o en el martirologio de la democracia chilena, como pretenden algunos, porque lideró un proyecto cuyo final hubiese conducido de manera inexorable a la destrucción del sistema democrático en Chile. Su trágica muerte merece compasión por el hombre, pero sobre todo por el país al que su sectarismo hundió en la negra noche de la dictadura; nunca más un Allende ni un Pinochet.

lunes, 23 de junio de 2008

Soy Liberal.... y punto.

Que daño nos ha hecho a los grupos liberales, de cualquier país, el sectarismo con el que se comportan los miembros de las corrientes de pensamiento que se encuentran dentro del liberalismo.

Desde que conocí la ideología liberal y he intentado hacer política, he conocido a compañeros que se creen más liberales que otros, porque son anarquistas o porque profesan el liberalismo clásico. Descalifican a priori a otros compañeros o a figuras públicas, porque según su criterio no son lo suficientemente liberales o tienen criterios elásticos y le dan concesiones a las ideologías contrarias.
Lamentablemente, estas opiniones vienen de personas que se definen liberales clásicos y seguidores de la escuela austríaca de economía, pero ignoran abiertamente que los austríacos jamás se definieron ni se definen como liberales clásicos, sino como liberales sin ningún apellido. De hecho, y en palabras de un austríaco moderno, Jesús Huerta de Soto, considera que el liberalismo clásico fue basado en doctrinas falsas y considera a los liberales clásicos como unos fracasados históricos (pueden ver en http://es.wikipedia.org/wiki/Huerta_de_Soto)

Critican a Milton Friedman, por su teoría monetaria de la cantidad de dinero y de las restricciones constitucionales a la impresión de dinero, sin tomar en cuenta el contexto de tiempo (que ha llegado al mismo del presente) cuando Friedman escribió esa teoría. Mi pregunta es, ¿cuál gobierno, sea liberal de la corriente que sea, será capaz de disminuir sus poderes? Si una de las premisas de los liberales, es que hay que controlar el poder, porque una vez que l
os hombres lo tienen, sin control, es imposible que lo dejen. ¿Cuán factible es que cualquier país vuelva a adoptar el patrón oro? Hay que ser realistas. Y eso no significa darle concesiones a la ideología contraria.

En mi humilde opinión, tener esa actitud desde cualquier corriente liberal, es parecerse a los socialistas. Siempre recuerdo la actitud en contra de los sectores socialistas que aceptan el mercado, a quienes los radicales (bolcheviques) los llaman reformistas que aceptan las instituciones burguesas. Eso me suena a que son elásticos y dan concesiones a la ideología contraria.

Si los liberales creemos en la libertad sin apellido, como es posible que no toleremos en nuestras filas a quien no tenga las mismas opiniones. El mismo Lugwig von Mises en su propia autobiografía dice que sus posiciones radicales lo llevaron a aislarse hasta del mundo académico. Será que eso le está pasando a algunos liberales, que sus posiciones radicales (que yo los llamo dogmas, en los que no creo) los están llevando a aislarse del mundo, académico y político.

Por eso, cuando me preguntan, yo respondo, soy Liberal.... y punto.

domingo, 22 de junio de 2008

Indecu Internacional


En el periódico El Nacional de hoy, el principal titular indica que en el Foro Internacional de Energía productores y consumidores de petróleo se reunen para intentar frenar el incremento que ha venido experimentando en los últimos años el precio de ese combustible.

Con la acostumbrada arrogancia que suelen mostrar, en primera instancia el Ministro de Energía y presidente de PDVSA dijo a principios de la semana que él, como representante del gobierno de Venezuela, no asistiría a tal reunión, ya que la única reunión que él reconocía era la de la OPEP. Días después, acepta asistir a dicha reunión pero con la propuesta de no aumentar la producción.

Quien ha estudiado un poco de economía sabe que al disminuir la oferta los precios suben y viceversa. Más aún los de un producto de primera necesidad como lo es el petróleo.

El actual gobierno, continuamente ataca a los empresarios que disminuyen su producción, no por una estrategia macabra que busca subir los precios, tal y como lo hace Venezuela y los países de la OPEP con la producción petrolera, sino porque no existen los incentivos para producir. El gobierno aplica controles de precios sobre los productos y los asigna de acuerdo a lo que ellos consideran deben ser los precios "justos".

Diría yo. Los países consumidores no pudieran acusar al gobierno de Venezuela y a los países de la OPEP de ser acaparadores y de emplear una estrategia perversa para subir los precios. Igualmente estos países pudieran solicitar la creación de un Indecu Internacional que pudiera aplicar controles de precios al petróleo, ya que un precio justo pudiera ser 10$ por barril y si los vendedores no lo cumplen les pudieran decomisar el petróleo y regalarlo o venderlo a precios justos en un Mercal o PDVal internacional de petróleo. Sería una propuesta interesante.

Pero, ¿qué diría el actual gobierno? si son las mismas políticas que se aplican a nivel interno en contra de los productores o vendedores nacionales. Es justo que los países pobres puedan acceder al petróleo sin tener que pagar ese precio exorbitante que el mercado asigna. Y como al actual gobierno no le gusta el mercado, estoy seguro que aceptaría las normas de ese Indecu Internacional.

lunes, 16 de junio de 2008

Desesperanza Liberal

Los liberales son aquellos que tienen la causa de la libertad en el corazón. Friedrich Hayek

Buscando en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, o mejor dicho, en su sitio de internet (www.rae.es) el significado de la palabra desesperanza, encontré lo siguiente:

Estado de ánimo en el que se ha desvanecido la esperanza

Realmente así me siento a veces, como que no hay esperanza. Siento como liberal y como político que estoy perdiendo mi tiempo. Que estoy luchando contra un Goliat de mil cabezas, y que aún con la ayuda de Dios, yo como David no podré vencer.

Reunido hoy con varios compañeros de la ODLV, la expresión de algunos de ellos era que nuestra titánica tarea de vencer al socialismo en Venezuela no nos daría frutos. La conclusión que rondaba por sus mentes era la de que si nuestro país no podía corregir el rumbo en algún momento, lo mejor para nosotros era emigrar a otro país en donde nuestras ideas fuesen más apreciadas. Quizás eso mismo pasó por la cabeza de Hayek cuando abandonó su natal Austria para emigrar a Gran Bretaña y luego a Estados Unidos.

A mi modo de ver, Venezuela es un país que el socialismo (democrático y revolucionario) lo ha llevado a ser el ejemplo de lo que no debe ser un país ni una sociedad. Un país con reservas de recursos naturales inmensas, pero que le pertenecen en su totalidad al Estado, el cual desde mucho tiempo atrás es inmensamente rico y que ha hecho a sus ciudadanos pobres y por ende dependientes de la benevolencia de los distintos gobernantes.

Pero no sólo eso. La clase media, que se supone ser la llamada a generar los líderes presentes y futuros de la sociedad, es una clase vacía, sin ningún tipo de preocupación por el desarrollo intelectual, que ha labrado su riqueza en muchos casos (no en todos, los que no muy dignos) a costilla de los distintos gobiernos socialistas. La famosa canción de Rubén Blades, titulada Plástico, es la mejor definición de lo que es esa clase media, las mujeres pendientes de la moda en Paris o Nueva York, los hombres pendientes de la Fórmula 1, y como padres les enseñan a sus hijos que son mejores que los demás porque tienen dinero, y que los pobres son simples objetos, dignos de ser ignorados.

Todo este lamentable panorama, se ha confabulado para conducir la vida política del país al abismo del socialismo real. Porque eso de que el gobierno está construyendo el socialismo es falso, es la misma receta escrita por Marx, perfeccionada por Lenin, aplicada por Stalin y Mao, y mantenida por Fidel. La misma receta de muerte y destrucción. Ahora encabezada por Chávez.

Cuan difícil es la tarea que tenemos los liberales aquí en Venezuela. Intentar enderezarle el rumbo al país, para librar a los pobres de la pobreza material y a los que no son pobres de la pobreza intelectual.

Al ver a otros compañeros liberales, que tienen más de veinte años en la política y han logrado poco o nada, me causa un poco de desánimo. Cuando veo que es la izquierda (democrática o revolucionaria) la que tiene espacios en los medios de comunicación y tergiversan de manera perversa los hechos, me desespero y creo que no hay salida. Pero cuando recuerdo a Hayek, me digo que vale la pena. Con todo y que a veces uno crea que no hay esperanza. Vale la pena.

martes, 10 de junio de 2008

Jean-François Revel // Esperanza Aguirre

Hoy reproduzco un artículo de Esperanza Aguirre en honor a Jean François Revel. Esperanza es una de las pocas políticas que defiende al liberalismo y sus virtudes sin ningún miedo, y más aún defiende su superioridad material y moral frente al socialismo.

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Jean-François Revel // Esperanza Aguirre

Todos los amantes de la libertad en España tenemos una enorme deuda de gratitud con Jean François Revel. Una deuda que yo misma tuve ocasión de reconocerle en persona en la Casa de Correos. Y a la que el Gobierno, en representación de todos los españoles, correspondió el pasado 28 de enero con la imposición a Revel de la Gran Cruz de Isabel la Católica. Como española y como liberal, me llena de orgullo y de satisfacción que Revel haya recibido, en su octogésimo cumpleaños, esta alta distinción. Pues creo que hay muy pocos intelectuales amigos de España que la merezcan tanto.

Como Revel, todos los liberales del mundo, especialmente los europeos, nos hemos hecho alguna vez estas preguntas: ¿por qué el liberalismo, la filosofía social y política que más ha contribuido a emancipar al hombre de todo género de servidumbres y que más ha ayudado a salir de la miseria a todos los pueblos que la han puesto en práctica, despierta tanta animadversión y es objeto de tantas tergiversaciones y calumnias? ¿Por qué tras el estrepitoso fracaso del comunismo, su legado de miseria, de represión y de crímenes, sigue teniendo defensores? Es más, ¿cómo es posible que, lejos de rectificar, consigan cargar sus culpas sobre el liberalismo y los liberales?

Estas preguntas, y muchas otras por el estilo, carecerían de respuesta si admitiéramos que nuestros adversarios están imbuidos de buena fe. Que anhelan tanto como nosotros el progreso y el bienestar de la Humanidad pero que, sin embargo, han cometido un error intelectual. Esta pauta, dar por sentada esa buena fe, es la que hemos seguido siempre los liberales y, en general, los defensores de la civilización occidental. Y, en este sentido, no hemos ahorrado esfuerzos para depurar nuestras doctrinas y hacerlas más completas y más comprensibles tanto para nuestros adversarios en particular como para nuestros conciudadanos en general.

La labor de los grandes teóricos y defensores del liberalismo -Mises, Hayek, Friedman, Becker, Popper, Aron, Berlin, etc.- durante el siglo XX estuvo dedicada casi en exclusiva a encontrar argumentos y demostraciones racionales que pudieran convencer a nuestros adversarios de la superioridad teórica, ética y práctica de los órdenes sociales basados en los postulados liberales. Sin embargo, esos esfuerzos han sido, en su mayor parte, infructuosos. Y la prueba está en que, para muchos de nuestros conciudadanos, la utopía socialista sigue siendo sinónimo de justicia, igualdad, paz, tolerancia, libertad y progreso.

¿Cuál ha sido, pues, nuestro error? Los ensayos de Jean François Revel nos dan la respuesta a esta pregunta y a las que he formulado al principio. Y lo que puede deducirse del magisterio de uno de los pocos «mâitres-à-penser» que ha dado la Francia contemporánea es que los defensores del liberalismo hemos cometido durante mucho tiempo el mismo error que cometieron los liberales del siglo XIX. En nuestra calidad de herederos del pensamiento racional grecolatino, hemos creído que, al igual que la luz elimina por sí misma las tinieblas, la sola exposición de la verdad es suficiente para desterrar automáticamente los errores y las doctrinas falaces.

Revel nos ha demostrado en «El conocimiento inútil», en «La gran mascarada» y en «La obsesión antiamericana» que los enemigos del liberalismo no están animados de las mismas buenas intenciones que nosotros compartimos. Que no utilizan su capacidad racional para acercarse a la verdad, sino más bien para diseñar estrategias que logren ocultar, dulcificar o tergiversar las duras verdades que revelan tanto la teoría como la práctica histórica del socialismo.

Así, y parafraseando los títulos de las obras más recientes y conocidas de Revel en España, los enemigos de la libertad han logrado convertir en inútiles todos los conocimientos que los teóricos del liberalismo y los historiadores han aportado acerca de la utopía más trágica que ha conocido la Humanidad. Han logrado ocultar en una gran mascarada de calumnias y tergiversaciones todas sus culpas y responsabilidades morales por los millones de víctimas del comunismo. Y han conseguido cargar esas culpas y responsabilidades sobre su gran chivo expiatorio: los EE.UU, la nación que más ha contribuido en el siglo XX a la defensa de la libertad en el mundo.

En definitiva, los liberales hemos pecado de optimismo y de ingenuidad. No hemos sabido advertir que el ataque de los enemigos de la libertad ha sido deliberada y perfectamente planeado, pues se ha dirigido precisamente allí donde podía hacer más daño: a corromper y demoler los fundamentos que sostienen nuestra sociedad.

Para destruir una sociedad que depende de la observación de ciertas normas éticas, del ejercicio de la razón, del conocimiento científico y de la información veraz es preciso destruir o corromper la ética, negar la capacidad de la razón, poner en duda el conocimiento científico. Y, sobre todo, es necesario contaminar las fuentes de formación y de información de los ciudadanos: la educación y los medios de comunicación.

Esta es, tal y como nos muestra Revel, la estrategia que han empleado siempre los enemigos de la libertad y de la civilización occidental. Y ha sido tal su éxito en esta siniestra tarea que, como nos advierte Revel en «El conocimiento inútil», han conseguido sobrevivir a sus propios fracasos en el banco de pruebas de la Historia. Precisamente porque han logrado que la mentira sustituya a la verdad para ser la primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo.

Los adolescentes, en su tránsito hacia la madurez, han de aprender de sus maestros y de sus mayores que no siempre triunfan el bien y la verdad sobre el mal y la mentira. Del mismo modo, creo que muchos liberales hemos aprendido de Revel esta misma lección en el plano intelectual: no basta con tener las mejores teorías. Ni siquiera basta con que esas teorías hayan probado su veracidad y su eficacia en el mundo real. Es preciso, además, saber transmitir eficazmente la verdad.

Creo que esta es, precisamente, la tarea más urgente a la que nos enfrentamos los liberales. Tanto los que nos dedicamos a la política como los que se dedican a la docencia y al periodismo podemos y debemos ser eficaces «second-hand dealers of ideas», como recomendó Hayek cuando fundó la Sociedad Mont Pelerin. Porque, como advirtió Ludwig von Mises, su maestro, la supervivencia de nuestra civilización depende en muy gran medida de nuestra capacidad para convencer a la opinión pública de que sólo una auténtica democracia liberal y una verdadera economía de mercado pueden garantizar la libertad, el bienestar y el progreso de la Humanidad. Especialmente el de los más desfavorecidos.

Revel fue uno de los primeros que abrió brecha en el pétreo panorama intelectual prototalitario que caracterizó la mayoría del pensamiento europeo desde el final de la II Guerra Mundial. Y aunque hoy el liberalismo sigue gozando de una excelente mala prensa, en la época en que Revel publicó su primer gran ensayo, «Ni Marx ni Jesús», criticar abiertamente y sin complejos el totalitarismo comunista y, al mismo tiempo, defender el liberalismo, eran bazas seguras para ser tildado de loco fascista y para ser marginado de la esfera intelectual.

Cuando la vida política española se encuentra convulsionada por las maniobras y los tejemanejes de algunos que anteponen sus intereses partidistas a los intereses generales, se hace más importante que nunca recordar que para estar en política es indispensable apoyarse en unos principios sólidos y coherentes. Y la lección de valentía y de coraje que ha dado Revel a lo largo de su vida en defensa de los principios que mejor pueden impulsar el progreso, el bienestar y la dignidad humana es y será siempre un ejemplo para todos los verdaderos amantes de la libertad.

domingo, 25 de mayo de 2008

La iniciativa empresarial del venezolano


"... el ser humano tiene, incluso en las condiciones más adversas, una capacidad creativa innata que es imposible de controlar ..." Jesús Huerta de Soto


Se nos ha dicho muchísimas veces que nuestro problema como país es que tenemos un pueblo flojo, al que no le gusta trabajar. Incluso en la televisión han aparecido programas nefastos (como el dirigido por Beatriz de Majo) en donde se afirma que el ser flojo es la característica principal del venezolano, y que aquellos ciudadanos que han dejado de ser pobres es porque son descendientes de extranjeros (europeos por excelencia) y que eso los hace diferentes.

Tamaña mentira. Cada día que bajo de mi casa en Caracas me doy cuenta de la capacidad de trabajo e iniciativa empresarial que tiene el venezolano, muy a pesar de las continuas condiciones adversas que vive el país. Pero esa capacidad de trabajo ha encontrado un obstáculo muy fuerte, el Estado y sus regulaciones.

En el último reporte Doing Business producido por el Banco Mundial, Venezuela se ubica en el lugar 172 de 178 países en donde es más dificil hacer negocios. En el área de iniciar negocios se requieren, en promedio, cumplir 16 pasos, esperar 141 días por los permisos y pagar por los trámites relacionados un aproximado del 28% del ingreso per cápita (unos 7700 BsF). Yo me pregunto, ¿qué ciudadano pobre puede darse el lujo de pagar esa cantidad de dinero sólo en gasto burocrático? Para alguien que gana sueldo mínimo, esa cantidad representa nada más y nada menos que el trabajo de 9,6 meses...!!!

Por eso cada vez vemos que crece la economía informal, con todos los problemas que ella trae. Negocios informales no sólo de personas pobres, ahora también vemos personas de clase media que buscan incrementar sus ingresos. Y la respuesta del gobierno (y de la oposición política) ¿cuál es? la misma. La del gobierno, seguir incrementando las regulaciones. La de la oposición política, la del silencio. Hasta ahora no he visto ningún candidato a alcalde que su principal promesa sea la de reducir los impuestos municipales o la cantidad de trámites que se requieren para registrar un negocio.

Y la economía informal es simplemente la respuesta de la capacidad empresarial de la gente a las condiciones adversas. Y por más que quieran los socialistas (revolucionarios o democráticos) controlarlo, no lo lograrán. Y esa es la maravilla de la economía de mercado, del capitalismo, que aunque siempre anuncian su crisis final, este responde con más vigor de las maneras más inesperadas.

martes, 29 de abril de 2008

A propósito del referendo autonómico en Bolivia

Siempre había escuchado acerca del término "autodeterminación de los pueblos", pero nunca lo había entendido en su total definición. Las dos constituciones contemporáneas de Venezuela (1961 y 1999) tienen en sus declaraciones de principios que Venezuela siempre apoyará la libre autodeterminación de los pueblos.

Ahora bien, analizando la posición del gobierno venezolano (de inspiración y acción socialista-comunista) frente a las protestas que se realizan en el Tibet en contra del gobierno comunista chino o la intención de las siete provincias bolivianas de realizar un referendo para consultarle al pueblo si quiere autonomía, me doy cuenta que esos principios son pura mentira, y quienes lo pusieron ahí no creen en ellos. Los socialistas NO creen en la
libre autodeterminación de los pueblos, siempre y cuando esta libertad los afecte a ellos y pierdan poder.

Escribía Ludwig von Mises, que para los liberales "el derecho de autodeterminación implica que todo territorio, sea simple aldea, provincia... cuyos habitantes libremente, en limpio plesbicito, se pronuncien por separarse de aquel estado del que a sazón forman parte, bien sea para crear una entidad independiente o para unirse a otra nación, pueda libremente hacerlo".

Si los pueblos son libres para autodeterminarse las formas de gobierno que quieren o elegir a sus gobernantes, ¿por qué no pueden ser libres para formar su propio país o decidir que quieren ser autónomos de un gobierno central? Los socialistas no entienden que bloquear este tipo de iniciativas es un camino directo a pugnas internas que pueden terminar en una guerra. Tal cual y como pasa en España con regiones como Cataluña o el País Vasco.

Si los bolivianos de Santa Cruz y las otras provincias deciden libremente la autonomía, quien es el gobierno de Evo Morales, o peor aún el de Hugo Chávez o los del ALBA para no reconocer la decisión SOBERANA (palabra que a ellos les encanta) del pueblo boliviano. O si los tibetanos logran su libertad y se separan de China (la comunista que mató a millones, recuerden Tiannanmen), por que no han de reconocer la libertad de esos ciudadanos?

No pueden reconocerlos, porque implica pérdida de poder de los gobiernos, y simplemente porque son socialistas.




jueves, 17 de abril de 2008

Carta a Mari Pili Hernández...


Desde hace días había intentado empezar a escribir esta carta. He de confesar que a veces no soporto oir tu programa de radio, ni mucho menos leer la columna que tenías en El Nacional. Muy a pesar de que no comparto tus puntos de vista, jamás te tildaría de psicótica o, como pusiste en una de tus columnas, disociada, faltándonos el respeto a quienes no compartimos (y estamos en nuestro derecho) las ideas del actual gobierno, ni el rumbo hacia donde nos quieren llevar.

Cada vez que te oigo hablando de socialismo, de que tu estás con la opción de los pobres, que de los pobres es el futuro, o que Cuba es un país libre, me haces recordar aquella descripción muy exacta que hacían el trío Vargas-Llosa, Montaner y Mendoza del Idiota Latinoamericano (ojo, no te estoy llamando idiota) que era alguien muy proclive a hablar de pobreza y de igualdad, pero provenían de un hogar clase media y hasta muchos casos clase media alta o alta, y que nunca habían sabido lo que es la pobreza.

Hace algún tiempo, si no me equivoco en los días mediados de enero, tenías un entrevistado interesante en tu programa de radio. Era el embajador Sánchez Otero de Cuba, quien relataba el proceso electoral que ocurría en Cuba en esos días para elegir los nuevos miembros de la Asamblea Nacional. El recuerdo de tus comentarios de alabanza hacia ese "sistema democrático" que muchos países quisieran tener, en donde desde hacía casi 50 años Fidel Castro era el candidato más votado y que nadie diferente del partido comunista cubano (que en palabras del embajador, supuestamente no propone a nadie de candidato) puede elegirse, o que siempre tienen igual número de candidatos para la misma cantidad de puestos a elegir (es decir no hay competencia electoral), son las razones que me hacen escribirte esta carta.

Me imagino que como muchos latinoaméricanos (y algunos europeos) que idolatran a Fidel, te habrá parecido muy noble el hecho que después de casi 50 años en el poder, y que por muy biológicas razones (es decir, está viejo y se está muriendo) tuvo que sacrificarse por el pueblo cubano y ceder su puesto a otro camarada, nada menos que su hermano.

Me imagino que también como muchos que idolatran al socialismo-comunismo cubano (pero que ni de vaina se mudan a Cuba), en estos momentos estarás indignada con el hecho que Raúl (el hermano menor) decidió permitir que los ciudadanos cubanos puedan entrar a los hoteles que quieran y que antes estaban reservados para turistas (ya pueden entrar, otra cosa es que puedan pagar) o que estos mismos ciudadanos tengan acceso a Internet (no se si libre) o puedan comprar un teléfono celular (aparato que creo, como típica venezolana debes tener como mínimo 2).

Ustedes los adoradores del socialismo dicen que comprar o adquirir bienes cuando, donde y como uno quiera no es libertad. Pero los cubanos van a empezar a comprar bienes y disfrutar servicios (cuando los puedan pagar) que antes les estaban vedados, sólo porque alguien consideraba que no eran necesarios. Y van a empezar a saborear la libertad. Y la libre acción humana va a empezar a darse. Y va a fluir el capitalismo (eso que ustedes tanto odian). Y tengo la esperanza que van a disfrutar de la libertad política.


jueves, 3 de abril de 2008

Cinismo Socialista

Hace unos días, durante la cumbre del Grupo de Río, el presidente de la hermana Colombia le respondía al presidente de Ecuador, que dejara el cinismo propio de los que añoran el comunismo y que desean implantarlo en Latinoamérica.

Hoy escuchando la cadena del presidente Chávez, este decía con ese mismo cinismo, que estaban subiendo las tasas de interés para estimular el ahorro y acabar con el consumismo, que era propio del capitalismo (según Chávez). Vaya cinismo. Propio de los esquemas de planificación central (keynesiamismo) es estimular la demanda agregada para que exista crecimiento. Es decir en palabras llanas, estimular el consumo. Algo que ahora ellos critican. Y al criticar el consumo, las modas, critican directamente el derecho individual de la gente de hacer con su dinero lo que ellos quieran. El derecho de disponer de su propiedad privada.

Ahora como el gobierno no ha podido batallar con la inflación, suben por decreto las tasas de interés, según ellos para estimular el ahorro. Quien va a ahorrar en este país en donde la moneda se deprecia a un ritmo más rápido que las tasas que pagan los bancos. Si quieren que ahorremos ¿por qué no nos permiten ahorrar en dólares o en euros?

Además, el presidente Chavez anuncia que el gobierno nuevamente va a endeudarse e invita a a la población a invertir, ya que la economía es sólida. Que locura, aplaudimos cada vez que el gobierno se endeuda, sin caer en cuenta que esa misma deuda la tendremos que pagar nosotros mismos unos años después o peor aún las generaciones por venir.

Y durante todo el discurso, la crítica constante a el capitalismo. Y yo sigo insistiendo, no se ¿cuál capitalismo? Aquí en Venezuela nunca hemos tenido la oportunidad de experimentar el capitalismo. Puros gobiernos socialistas (demócratas o revolucionarios), amantes del estatismo, amantes de la devaluación y por ende del irrespeto a la propiedad privada de los ciudadanos.

lunes, 10 de marzo de 2008

De ismos e ideologías....

Debo aceptar que llegué tarde a esto de las ideologías. En mi casa nunca hablaron de ellas. Cuando era un muchacho de liceo no eran de mi interés, muy a pesar que era lo que se puede denominar un nerd. Cuando llegué a la universidad, por el estilo de universidad donde estaba, privada y pequeña, las ideologías nunca me fueron cercanas. Pero de toda esa época siempre recuerdo una frase de Rafael Caldera refiriéndose a COPEI (el partido político que fundó), que a diferencia de AD, en COPEI no existían "ismos". Esta referencia era clara a las tendencias personalistas de AD, betancourismo (seguidores de Rómulo Betancourt), perecismo (seguidores de Carlos Andrés Pérez), etc.

De esa época de niño/joven también recuerdo que los únicos "ismos" que conocía eran el capitalismo y el socialismo, pero muy someramente. Mi recuerdo más vivido fue cuando en 1989 fue derrumbado el muro de Berlín, y con él, el socialismo real.

Luego, de adulto joven, cuando Caldera deja COPEI para fundar la alianza que lo llevó a la presidencia de la república, me di cuenta que en COPEI también existían ismos. Eduardismo, para referirse a los seguidores de Eduardo Fernández, Herrerismos (seguidores de Luis Herrera Campins), etc.

Ahora que he estudiado un poco de ideologías, me doy cuenta que esos ismos se referían a personas, sólo por el hecho que esos dos partidos (los grandes de la democracia puntofijista) eran socialistas (AD - Socialdemócrata y COPEI - Socialcristiano). Y así es el socialismo, depende de personas. Por eso ahora existe el Chavismo (seguidores de Chávez) y existió el Stalinismo (seguidores de Stalin), Trostkismo (seguidores de Trostky) o existe aún (o por lo menos hasta que se muera) el Castrismo (seguidores de Fidel Castro). Sólo posiciones personales no ideas. Y que si son contrarias dentro de un mismo partido, se odian.

Del otro lado, es decir, del liberalismo, lo veo todo diferente. Los ismos existentes no se refieren a personas, sino a ideas. Minarquismo (idea de un estado mínimo), anarcocapitalismo (no existencia del monopolio estatal). Quizás por eso, en el liberalismo nunca hemos visto el Hayekianismo o el Misesismo, por referirse a Hayek o Mises. En el liberalismo se siguen ideas, no personas.

Por eso, muy a pesar que otras personas puedan contradecirme, eso del chavismo sin Chávez, no existirá. Lo que podrá existir será otra posición personal disfrazada de ideología. En el socialismo, los ismos siempre dependen de personas, y mueren con ellas.

jueves, 6 de marzo de 2008

Experimentando como empresario informal

Hace unas semanas, aprovechando que en Venevisión habían convocado un casting para jóvenes, un amigo me propuso vender agua y refrescos, idea que no me pareció descabellada. Toda la experiencia me sirvió para aprender muchas cosas.

La primera de las tareas que me tocó hacer, fue comprar la mercancía, saber seleccionar que podían comprar los clientes y estimar aproximadamente la cantidad de cada producto que debía tener en inventario. En la mañana siguiente, me tocó comprar el hielo para enfriar los productos. Al llegar a la zona donde se realizaba el casting, había una cola de más de 3000 personas. Me tocó buscar un buen sitio para ubicarme. Y colocar carteles que publicitaran los productos que yo ofrecía.

Con todas esas actividades que realicé, me di cuenta lo complicado que es ser buhonero. Todo lo que uno estudia en una Maestría en Administración, mercadeo, operaciones, logística, finanzas; todo eso lo realiza un buhonero, muchas veces sin formación. Y aún más, me di cuenta que eso es exactamente la función empresarial, la iniciativa creadora del capitalismo. Que tantas veces ha sido bloqueada en nuestro país por los gobiernos, impidiendo de múltiples maneras, que estos empresarios puedan formar capital y así dejar la pobreza.

Otra cosa de la cual me pude percatar, es el daño que han hecho las televisoras en este país. Era evidente que la mayoría de los jovencitos y jovencitas (más ellas que ellos) provenían de sectores pobres. Todos con la ilusión de quedar en el casting, como una forma rápida de lograr fama y fortuna. Y que son capaces de hacer cualquier cosa por quedar en el programa.

Una de las condiciones que aparentemente pedían en el casting era que supieran cantar. Muchos de ellos no lograban pasar la primera etapa y salían muy molestos. Niñas llorando o simplemente molestas. Pero muchos de los aspirantes no entendían que ser cantante o actor requiere trabajo, mucho trabajo. Valor que no ha permeado en nuestra sociedad. Todos quieren la fortuna fácil y no entienden que el trabajo en un valor en si mismo. Valores que ni los gobiernos ni los medios de comunicación han sido capaces, ni han querido transmitir. Y no los han querido transmitir porque son contrarios a sus intereses de casta dominante.

lunes, 11 de febrero de 2008

Negrito y de derecha

" La primera de todas las fuerzas que dirigen al mundo es la mentira " Jean François Revel

"... la derecha incipiente necesita comunicar más adecuadamente su proyecto ..." Anibal Romero

" Si pretendemos el triunfo en la gran contienda ideológica de esta época, es preciso, sobre todo, que nos percatemos exactamente de cual es nuestro credo " Friedrich Hayek

Un buen amigo, siempre que hablamos de temas políticos o económicos, cuando no tiene argumentos para debatirme o mis posiciones les parecen muy individualistas, me dice "es que tu eres derechista". Eso me puso a pensar mucho.

En Venezuela, la izquierda, haciendo uso del dominio general que tiene de los medios de comunicación y de la educación, ha estigmatizado a la derecha, haciéndole creer al común de la gente que sus miembros son reaccionarios, conservadores, racistas, enemigos de la libertad y guardianes de los privilegios de los ricos. Se ha llegado a tal punto que cuando un político quiere descalificar a un adversario basta con gritarle que es de derecha o mas fuerte aún, de ultraderecha o extrema derecha. Más aún, tradicionalmente se ha dicho que los grandes partidos de la democracia moderna venezolana, Acción Democrática (Social Democracia) y COPEI (Social Cristianismo), representan la derecha política, cuando en realidad son partidos de centro-izquierda.

Esto aunado a la creencia mundial de creer que el fascismo o el nazismo (nacional socialismo) eran movimientos de derecha. Otra mentira más (claro, Stalin fue uno de los ganadores de la guerra). Y la gente no sabe que esos nefastos movimientos políticos son hermanos y comparten los mismos postulados del socialismo marxista.

En años recientes, sobre todo ahora que el gobierno tiene una marcada tendencia de izquierda (realmente extrema), acusan a movimientos y partidos políticos como Primero Justicia o Un Nuevo Tiempo de ser la nueva derecha. Nada más alejado de la realidad ya que estos dos partidos políticos defienden la social democracia o ahora como la llaman, democracia social. Siguen siendo de centro-izquierda.

Yo mismo, hasta hace años recientes, le temía a la derecha. Creía que era un movimiento terrible. Hasta que empecé a estudiar los postulados en los que cree la derecha política. La defensa del derecho a la propiedad privada, la limitación del poder y funciones del Estado, el único sistema económico capáz de sacar a la gente de la pobreza es el capitalismo y el más importante, que la libertad individual está por encima que todos lo derechos, y que la libertad acarrea la responsabilidad.

Y me di cuenta, que esos postulados estaban alineados con mis principios personales. Con las primeras enseñanzas de mis padres, que me decían que el único responsable de mi vida era yo y que los resultados eran proporcionales a mi esfuerzo personal.

Por eso hoy digo, sin ninguna vergüenza, que soy de derecha. Negrito y todo, soy de derecha.

viernes, 8 de febrero de 2008

¿Qué extraño tiene que no los llamen terroristas?


De que nos extraña que el gobierno de Venezuela se niegue a denominar terroristas a los grupos guerrilleros FARC y ELN, si la mayoría de los miembros o asesores del actual gobierno o de los partidos políticos que lo apoyan fueron guerrilleros (mejor dicho, terroristas) en los años 60 y 70.

A la gente se le olvida que muchos políticos de la izquierda radical, que rechazaban el reformismo socialdemócrata de Acción Democrática, se sumaron a la idiotez de irse a las montañas y formar grupos guerrilleros (terroristas) para intentar derrocar a los gobiernos de la época y tomar el poder por las armas. Igual como lo han pretendido los grupos guerrilleros (terroristas) de Colombia, que han hundido a este hermano país en una guerra sin sentido.

A la gente se le olvida que la mayoría de los dirigentes políticos de izquierda, que hoy en su mayoría apoyan al gobierno, aunque también los hay de oposición, siguieron en los sesenta la consigna de la revolución cubana de crear en el mundo cien vietnam, para desencadenar procesos revolucionarios en contra del capitalismo, que lo único que causaron fue muerte en cada país donde se intentó esta locura.

A la gente se le olvida que el gobierno de Cuba, con Fidel Castro a la cabeza (es decir, desde hace más de 40 años), ha sido el único gobierno extrajero que ha invadido y ha entrenado y financiado a guerrilleros (terroristas) con el único fin de adueñarse del valor estratégico que tienen las reservas de petróleo venezolano. Y que esta aventura le costó a Venezuela una virtual guerra civil en los años sesenta, con innumerables atentados terroristas y la posible (gracias a Dios no) pérdida de la incipiente democracia obtenida en 1958.

La gente si recuerda la mentira comunista, mil veces repetida como propaganda, de la supuesta ferocidad de los gobiernos de Betancourt y Leoni y de las supuestas violaciones de derechos humanos. Tanto que Jorge Rodríguez hijo cree que cada vez que habla mal de AD y COPEI, puede resucitar a su padre, quien fue muerto durante esos gobiernos.

La gente si recuerda la mentida difuminada por los comunistas de que en el gobierno de Betancourt, la orden para la policía era "dispare primero y averigüe después" o que a Carlos Andrés Pérez se le conociese como "ministro policía".

Lo increíble es que uno escucha a persojanes de gobierno, como el alcalde de Maracaibo (Di Martino), y de oposición (para este ejemplo, voy a usar a Mary Montes, locutora de radio, que sabe más de béisbol que de política), diciendo que los guerrilleros son distintos a los terroristas, porque los guerrilleros tienen ideología. Y yo pregunto, ¿acaso Osama Bin Laden no tiene su ideología? extraña para muchos de nosotros, pero natural en su religión. ¿Qué virtuoso tiene una ideología que promete matar al enemigo para conseguir sus objetivos? o como decía el guerrillero (terrorista) "heróico" (léase, Ernesto Guevara, terrorista), una ideología que debía propulsar el odio al enemigo y debía convertir a un hombre normal en una máquina de matar.

Por todo esto, no es extraño que el gobierno venezolano se niegue a llamar terroristas a las FARC y al ELN. No los llaman terroristas, porque ellos mismos son o lo fueron alguna vez.

Pero nosotros si los llamamos como son. TERRORISTAS.

Por eso, NO MAS FARC. NO MAS ELN. NO MAS REVOLUCIONES.

martes, 29 de enero de 2008

Tigres, campeones de nuevo...












Cuarto campeonato en séis años. Esto convierte a los Tigres en el equipo de la década. Pero, ¿cómo se ha logrado esto?

Primero, hay que reconocer el desarrollo de los jugadores de la liga. Con José Miguel Cabrera a la cabeza, los jugadores de los Tigres han articulado un equipo compacto, que conoce sus debilidades y aprovecha sus fortalezas.

Segundo, la habilidad del manager Buddy Baily en mover a los jugadores como quien mueve las piezas sobre un tablero de ajedrez. Un manager metódico, que en algunos momentos se vuelve predecible. Pero su estilo funciona. Y lo más importante gana juegos. En este punto, los periodistas de la liga han sido mezquinos con Baily. Sólo lo han nombrado manager del año una sola vez, sin tomar en cuenta que en los últimos 6 años ha hecho que los Tigres clasifiquen a las series semifinales y de campeonato.

Tercero, la gerencia. Desde que Rafael Rodriguez está a la cabeza del equipo gerencial de los Tigres se ha visto un cambio. Además de los cambios propios que un jefe joven siempre trae a cualquier organización, esta gerencia ha sido responsable para con los fanáticos. Cuida a los jugadores de la plantilla, se esfuerza por negociar con los equipos de MLB los permisos a jugadores como Miguel Cabrera, contrata a importados de calidad, e incorpora sustitutos de lujo. Nada que ver con la anterior gerencia, que lo único que hacía era ganar dinero a costilla de los fanáticos y beneficiar a su círculo de familiares y amigos.

Para mi fueron 27 años esperando un título de los Tigres, el cual lograron ante Caribes en el 2003. Desde ahí me he sentido satisfecho como fanático, de ver un equipo competitivo y que ha ganado.

Este campeonato 2007-2008 para mi fue un poco lejano. No pude ver ningún partido de la ronda eliminatoria ya que me encontraba fuera del país. No pude ver despedirse a Vizquel. Critiqué un poco el acomodo que hicieron de la liga, nada más por el hecho de no colocar en divisiones distintas a los Leones del Caracas y al Magallanes. Pero disfruté el hecho que estos dos equipos no clasificaran a la semifinal, porque como fanático de otro equipo, siento que para los medios sólo existen estos equipos. Y no es así. Los equipos que clasificaron al round robin y los que disputaron la final, dieron un espectáculo de primera, jugaron buen beisbol.

Que más decir.... felicidades Tigres y a traer un campeonato en la Serie del Caribe, que eso nos falta.

jueves, 24 de enero de 2008

Se nos ha olvidado el significado de la Libertad

Los liberales son aquellos que tienen la causa de la libertad en el corazón. Friedrich Hayek

Escribía Paloma de la Nuez en el prólogo de un libro de Hayek que si se acepta la libertad, ha de aceptarse con todas sus consecuencias.

El 23 de enero pasado, se celebraban 50 años de la caida de la última dictadura militar que tuvo Venezuela. Habíamos logrado entonces la libertad política. Pero ya habíamos empezado a perder la libertad económica. Y la continuamos perdiendo con el advenimiento del socialismo democrático que gobernó el país desde 1959. Controles de precios, controles de cambio, devaluación de la moneda, barreras a la importación de productos (para proteger la producción nacional), reserva del Estado sobre los recursos naturales, el subsuelo, el aire, etc., fueron figuras de restricción de la libertad que hoy acepta la mayoría de la población. Y más grave aun, clama por ellas.

Ese día, al mediodía, me acerqué a la concentración de la oposición que pretendía recordar esa fecha, pidiendo la libertad para los "presos políticos". Muchas de las personas que estaban en la marcha; en su mayoría personas de más de 40 años, es decir, que vivieron el tiempo de la dictadura y todo el tiempo de la democracia, portaban en su pecho un sticker que rezaba "Presidente, no nos castigue, baje los precios"

Según yo entiendo, cuando uno le pide al gobierno que baje los precios, uno quiere que imponga controles de precio. Como yo no aguanto dos para debatir mis ideas, le pregunté a una señora el significado, para ella, de dicho sticker. Muy convencida de su respuesta, la señora me responde que la inflación está muy alta y que el gobierno tiene que controlarla. Es decir, digo yo, entonces el gobierno lo está haciendo muy bien, está estableciendo controles de precios contra aquellos comerciantes malvados que suben los precios y especulan. Entonces, esa gente no es de oposición. Grave que la gente no se da cuenta que la escasez y carestía de productos es una consecuencia de los controles de precios.

Otra cosa que me pareció curiosa en la concentración, fue la presencia de varios militantes de un grupo político marxista denominado Bandera Roja, que hoy se dice de oposición. Igualmente no me contuve, y le pregunté a una chica muy joven (militante de dicho movimiento) que si ella no se había dado cuenta que el país a llegado a este punto de deterioro por culpa del socialismo (democrático o el autoritario que nos quieren montar), y ella muy convencida me responde "aquí no ha habido socialismo, eso es lo que nos hace falta". Grave. Todavía se permite que los socialistas le laven el cerebro a los jóvenes.

Peor aún, mucha gente abrazaba al dirigente fundamental de dicho movimiento político. Y yo pregunto, a la gente se le olvida que ese dirigente (para no nombrarlo, pero todos sabemos quien es) fue un guerrillero (hoy le diríamos correctamente, terrorista) en los 60. Y que fue él y sus secuaces quienes penetraron a las universidades para ideologizar a generaciones enteras. Y que fue él (en palabras del fallecido Alberto Garrido) quien en conjunción con el hermano de Tiburón 1 (el que "educa") quien planeó la penetración de las Fuerzas Armadas con la ideología marxista. ¿Qué oposición hace ese señor?

Hoy veo en los medios, que para evitar el "contrabando de extracción" (término que no existe, porque en todo caso en donde ocurre el contrabando es en Colombia, porque en Venezuela uno no paga impuestos por exportar) se limita el transporte de mercancías para los estados fronterizos. Nuevamente, otra restricción de la libertad. Si yo produzco algún producto de la cesta básica, aparte que ya no tengo la libertad de colocar el precio que cubra mis costos y me permita obtener ganancias, ahora tampoco puedo venderlo donde yo quiera. Pero más grave aún, el gobierno le quita a los habitantes de esos estados la libertad de comprar dichos productos cuando ellos quieran y hacer con ellos lo que ellos quieran.

Hoy el gobierno controla los mensajes de texto que envía la gente, violando el derecho a la privacidad de la correspondencia (y por ende en de la propiedad privada). El gobierno también controla que podemos ver o escuchar en las señales abiertas de radio y televisión (recuerden que el gobierno dice que tipo de publicidad se puede hacer). El gobierno controla las divisas que podemos comprar. Más aún, decide unilateralmente el monto y la manera en que las podemos gastar.

Pero nadie dice nada. La "oposición" al gobierno no dice nada. Y no dice nada porque ellos tampoco creen en la libertad plena. Es decir, libertad no tiene ningún apelativo. Cuando se tiene libertad se tiene por completo. Y eso se ha olvidado en el país.