domingo, 25 de enero de 2015

Carta Abierta a la UNITEC

Esta carta la dirijo a autoridades, profesores y estudiantes y todos aquellos que hacen vida en mi alma mater, la Universidad Tecnológica del Centro.

Entré en contacto por primera vez con la UNITEC en 1989 en mi natal Maracay, cuando tomando un curso de inglés, a mitad del nivel una chica se tuvo que retirar porque nunca podía llegar a tiempo ya que la universidad donde estudiaba era muy exigente y los horarios eran de todo el día.  Ya en 1990, cuando con 16 años hice mi curso introductorio fue mi contacto directo.  Fueron cuatro semanas de locura, que empezaron con una clase magistral en el salón de fiestas del C C Shopping Center dictada por mi recordada Corina Ettedgui de Betancourt y por el rector César Peña Vigas.

Entre 1990 y 1995 hice mi vida de estudiante.  Fui durante 4 años preparador del curso introductorio, una oportunidad brindada a los estudiantes para, por un mes, dirigir el ingreso de los nuevos estudiantes, y donde se aprendía a gerenciar y a dirigir y sobre todo a ser "empresario de su propio aprendizaje".  En la faceta de estudiante era duro, clases todos los días y los viernes dedicado a Proyectos Institucionales (la punta de lanza del modelo UNITEC).  Pero más allá de la enseñanza formal recibida, lo que más aprendí en la UNITEC fue la búsqueda de la excelencia, el trabajo en equipo (sobre todo con gente que no era de mi carrera, muy importante para la vida laboral) y el interés por la verdad.

Me alejé de la universidad luego de graduarme ya que, por razones de trabajo, me había mudado de la región Maracay-Valencia.  Después de 13 años volví a vincularme como profesor y desde 2008 dicto varias materias.  Al volver a la UNITEC encontré muchos cambios, internos y externos.  Lamentablemente en 2007 había fallecido Corina Ettedgui.  El modelo de proyectos y curso introductorio había sido cambiado.  Las regulaciones estatales ya estaban siendo impuestas, empezando por la imposición legal de obligar a los estudiantes a esclavizarse en un servicio comunitario para poder graduarse. 

Y he ahí la principal motivación de mi carta.  En estos días, a través de las redes sociales de la UNITEC encuentro el siguiente mensaje: "Si no has realizado tu Servicio Comunitario no podrás hacer tu taller de Práctica Profesional".  Mi primera respuesta fue protestar a través de la red social ya que no es justificable desde ningún punto de vista que se le pongan prelaciones adicionales a los estudiantes para obligarlos a cumplir el servicio comunitario.  Escribía Frederic Bastiat en su famoso escrito La Ley que “Cuando la ley y la moral se contradicen, el ciudadano se encuentra ante la cruel alternativa de perder la noción de moral o perder el respeto a la ley”, y aunque es difícil debatirse entre estas dos posiciones, pienso que hay que hacer lo posible por no perder la moral dentro de lo que se pueda dentro del cumplimiento de la ley, aunque esta segunda sea inmoral.

El servicio comunitario estudiantil es una práctica inmoral
.  Por más que sus promotores la pinten de beneficiosa ya que "estimula la conciencia social de los estudiantes", obligar a estos, a punta de pistola, a "devolverle a la sociedad" es un chantaje.  Uso la palabra esclavizar ya que se les obliga coaccionados a que dediquen su tiempo en actividades que, quizás, libremente no lo harían.  Uso la palabra chantaje ya que el servicio comunitario se basa en la idea de que los estudiantes deben "hacer algo por la comunidad" como si sólo el simple hecho de estudiar y generar riqueza con los conocimientos adquiridos no es un aporte suficiente a la sociedad, o la mas absurda de "devolverle a la sociedad", que implica que haber tenido la posibilidad de estudiar fue a costa de quitarle a la sociedad, nada más absurdo.

Pero además educar a un individuo para después pedirle qué trabaje de gratis, una vez que esta más calificado, es como diríamos coloquialmente "engordar un cochino para diciembre", en último caso debería exigirse el trabajo gratuito a los qué ingresan no a los qué salen porqué entonces ¿donde esta la benevolencia de la institución? de hecho esto revela un poco porque la sociedad está dispuesta a invertir en  educación, la sociedad entiende el beneficio colectivo de los profesionales universitarios, de hecho mientras avanzado el estudio, existe mayor facilidad financiamiento, por la misma razón.

Es claro que el valor detrás del servicio comunitario es la envidia: como tuviste el privilegio de acceder a una educación superior debes, además de los impuestos, trabajar de gratis para los pobres, esto se evidencia al no reconocer las actividades de investigación y de extensión, que ya de suyo realiza la universidad como servicio comunitario, no! tiene que ser en el barrio, tiene que ser con los pobres, si no, no sirve.

En lo personal creo que la labor de uno como profesor no es sólo transmitir conocimientos técnicos.  Uno debe transmitir valores y enseñanzas que hagan de esos profesionales en formación mejores personas.  En un momento de crisis moral y económica que vive Venezuela, el valor más importante que se debe transmitir (y lo intento en cada una de mis clases) es el de la libertad individual y la responsabilidad.  La crisis actual de Venezuela es producto de haber abandonado esos valores y esperar que "el Estado" o "la Sociedad" se encargue o nos de todo, y peor aún, creer que el colectivo está por encima del individuo.  Si queremos que el país cambie, debemos revisar nuestros valores y reconstruir sobre los que se pueda.  Y el papel de la universidad es clave en este proceso de reconstrucción.  Si se quiere estimular en los estudiantes la necesidad de preocuparse por los ciudadanos menos favorecidos, es a través de fomentar la caridad voluntaria, no a través de obligarlos esclavizándolos.

Conmino a las autoridades de la universidad a hacerle más fácil a los estudiantes las absurdas regulaciones que impone un leviatán que cada vez más irá asfixiando a la educación paga (y no digo privada porque hace tiempo que ha dejado de serlo) hasta acabar con ella, ya que representa el último escollo de libertad educativa que no pueden controlar.  Por lo tanto pido a las autoridades que se elimine cualquier prelación relacionada con el servicio comunitario.  Igualmente, conmino a los estudiantes a exigir que se eliminen estas prelaciones.  El servicio comunitario no es una materia mas, es una imposición externa a un acuerdo contractual, y por sobre todo es una imposición inmoral.

Ing. Osmel Brito-Bigott, PhD(c)
Profesor Agregado