viernes, 13 de julio de 2007

Una experiencia en el centro de Caracas

Realmente, visitar el centro de Caracas es una experiencia enriquecedora.

En estos días, tuve que ir al Ministerio, ahora dizque del Poder Popular (realmente todavía no entiendo que quiere decir), para las Relaciones Exteriores, o mejor dicho, la cancillería. Me tocaba apostillar un documento que requiero para salir del país. No es más que validar la firma del funcionario que en otro ministerio firma para validar la firma de un registrador, que a su vez valida la firma del funcionario que expide el documento en cuestión. Parece un trabalenguas... pero no es. Toda esta secuencia recursiva (y pudiera decirse hasta repulsiva) de trámites burocráticos, no es nada que, según mi criterio, sea del poder popular. Más bien, se le quita poder al pueblo.

Luego de la tortuosa cola, y que el portero te atienda mal, te traten como un bruto y te reciban con mala cara en la taquilla, pude entregar el trámite.

Al salir del MPPRE, quise caminar un poco por la Av. Urdaneta, en dirección al Palacio de Miraflores. Un trayecto que pocos hacemos. Lo primero que me encontré fue el monumento al pueblo que defendió a la revolución el 11 de abril. Lo primero que recordé fueron las imágenes de ese "pueblo" disparando ferozmente (a quien sea, la policía o a la marcha).

Seguí caminando y llegué hasta la esquina en donde se cruza hacia el Palacio de Miraflores. En una esquina había un grupo de personas con pancartas de apoyo al presidente de la República y al PSUV. Al cruzar la calle e intentar caminar por la misma acera del Palacio, una persona, vestida de civil como yo me dice
"usted no puede caminar por esta acera, si quiere seguir la ruta de la avenida tiene que cruzar". Inmediatamente pensé, que como era posible que en un gobierno que se dice del pueblo, un ciudadano común no puede caminar por donde quiera. Sin ponerme a discutir, tranquilamente crucé la avenida y caminé por la acera del Palacio Blanco. Miré hacia Miraflores y me llamaron la atención tres cosas. 1) Un enorme muñeco de la mascota de la Copa América, 2) el deterioro que muestra el palacio y 3) el balcón del pueblo, cerrado y sin pueblo. Eso si, entraban reiteradamente al palacio, automóviles lujosísimos, de esos que son de los motores de la revolución.

Cuando llegué a la esquina en donde termina el Palacio Blanco y se cruza al Regimiento de Guardia de Honor, que uno queda al frente de la entrada principal de Miraflores, en donde queda el mencionado balcón, me encontré con dos señoras, ambas com sendas pancartas que le pedían al Presidente una audiencia. Al hablar con una de ellas y luego de varias preguntas, me dice, palabras más palabras menos, que dada la inficiencia y la corrupción que hay en el estado donde ella vive (Lara), y que por lo cual no le han podido solucionar su problema de vivienda (ella vive en un rancho que se está cayendo), ella viene a hablar con el Presidente, que él si puede solucionar su problema. Igual pensaba la otra señora, que ya tenía varios días en el mismo sitio esperando su audiencia.

Pensé, como juegan con la dignidad de la gente. La misma señora me lo confirmó. Me dijo que ella trabajaba en una alcaldía en su estado, controlada por el partido de gobierno, y que los obligaban a marchar, a vestirse de rojo, aún sabiendo que era afecta al Presidente. Toda esa cuadra alrededor del Palacio Blanco es lo mismo, gente entregando cartas, con la esperanza que le lleguen al Presi, y les dé un poquito de la inmensa riqueza de la cual dispone el Estado, y que NO ES de los ciudadanos.

También reflexioné en algo. Esto fue lo que sembraron a lo largo de 40 años, los gobiernos SOCIALISTAS del puntofijismo. Jugaron y enganron a los pobres. Esos mismos pobres que los terminaron sacando y colocando a Chavez. Pero en vez de desanimarme, me quedó una inquietud. La misma señora, pobre, chavista, pero con mucha esperanza, me dijo algo.
"...me estoy dando cuenta que este gobierno es más de lo mismo... así como lo llevamos ahí, también lo podemos sacar..."

Es hora que a esos pobres, que creen y que no creen en el gobierno se les de una verdadera opción. Nada de socialismo, que nos ha empobrecido a todos durante los últimos 50 años. Mucho liberalismo, mucho capitalismo que nos permita a todos generar riquezas y doblegar al Estado y a los políticos realmente a los designios del pueblo. Que realmente el gobierno sea "por el pueblo y para el pueblo" como Lincoln dijo.