lunes, 14 de septiembre de 2015

Leopoldo López: sentimientos encontrados

A final de la semana pasada, después de varios aplazamientos y dilaciones innecesarias (violando principios de debido proceso y rapidez de justicia) le fue dictada sentencia condenatoria a Leopoldo López.  Haciéndose valer de "pruebas" amañadas, la jueza condenó a López, quién ya tenía varios meses preso, a un período en prisión 13 años y un poco más.

A todas luces hay que rechazar el uso abusivo del sistema judicial que ha hecho el régimen socialista venezolano.  Pero hay que recordar que, desde siempre, los socialistas han usado y abusado de la ley y del control del sistema legal. En la versión nacionalista del socialismo (el nazismo), la ejecución de millones de personas por su raza (judíos) era totalmente legal y avalado por los tribunales.  Llegaban a la locura de juzgar a las personas por siquiera oponerse a los dictámenes del Fuhrer.  Sus hermanos comunistas no se quedaban atrás.  Durante la época de Lenin, y luego durante Stalin, la ejecución de juicios sumarios en donde condenaban a millones de personas a la muerte (rápida por ejecución o lenta en los campos de concentración). En el Caribe, los socialistas antillanos (llamados castristas) también aplicaron juicios sumarios a todos sus adversarios, y hasta a antiguos revolucionarios que en algún momento se opusieron al rumbo de la revolución (como Huber Matos quien pasó casi 20 años en prisión) o que le podían hacer sombra al gran líder (como Arnaldo Ochoa, "héroe" de guerra, fusilado luego de un juicio sumario por participación en el narcotráfico).

Me ha sorprendido la ingenuidad con la que muchos venezolanos han recibido la noticia condenatoria, y yo pregunto: ¿esperaban algo distinto? ¿una condena de menos años hubiese sido recibida como un "peor es nada"?. O acaso ¿esperaban que un poder judicial controlado por el gobierno emitira una absolución a López?.  Que está de más decirlo, esa era la única sentencia aceptable.

Se lo difícil que es estar preso.  Yo mismo estuve preso, por un corto tiempo, en la misma cárcel en la que esta hoy Leopoldo López.  Para uno como persona es muy duro. Imagino que además de la privación de libertad, los militares que custodian el centro penitenciario de Ramo Verde deben hacerle la vida imposible a López, y tal como buenos socialistas deben aplicar maltrato físico y psicológico para hacerle ver "su error" a López de oponerse al socialismo.  Para los familiares también es muy difícil.  No quiero imaginar el sentimiento de impotencia y dolor que deben sufrir los padres de López, lo mismo que su esposa.

Pero he de decir que esta situación de López me ha causado conflictos al intentar entenderla.  En primer lugar, no entendí nunca la estrategia de López de entregarse al régimen y sus tribunales.  Al entregarse renunciaba a la presunción de inocencia que todo ciudadano debe tener, y al someterse al sistema judicial chavista, manda el mensaje interno y externo, que estamos ante un sistema judicial independiente y transparente.  No me pasa por la mente pensar en que Rómulo Betancourt se hubiese entregado voluntariamente al régimen de Marcos Pérez Jiménez, para "hacer más fácil" la lucha contra el régimen.

En segundo lugar, no he podido soportar el peregrinar de la esposa de López a través de distintos medios y organismos internacionales, apelando a la lástima del sufrimiento que debe vivir.  Peregrinar que no ha servido de nada, ya que los organismos internacionales ni los gobiernos de otros países harán nada en contra del régimen socialista venezolano.  Ha llegado a la insensatez de apelar al mito del populista bueno (Chávez) que está siendo traicionado por el populista malo (Maduro), haciendo dejar ver que el populista bueno había dejado "un legado positivo".  Nada mas lejos de la realidad.

Lo que estamos viviendo en la actualidad en Venezuela iba a suceder con o sin Chávez.  Quizás el carisma de Chávez (del cual carece Maduro) hubiese podido ocultar un poco el desastre, pero esto era inevitable. El deterioro de la economía es el resultado de la aplicación del socialismo.  A medida que avanza el deterioro económico el gobierno aplicará más control político y le servirá para entronizarse aún más en el poder. Y este es el auténtico legado de Chávez.

En tercer lugar, el continuo llamado de López y sus familiares a ir a votar el 6D (fecha de las próximas elecciones parlamentarias) sigue mandando un mensaje inconsistente.  En Venezuela no tenemos un gobierno democrático que, en caso de perder las elecciones, entregará el poder.  En estos 15 años de socialismo chavista, quienes gobiernan han demostrado que por ninguna razón dejarán el poder, y se han valido de todos los medios posibles, legales o ilegales.  Han asentado una auténtica casta (usando el adjetivo utilizado por Pablo Iglesias, pupilo español del chavismo), y como casta consideran que el sitio y poder que hoy ostentan les corresponde por derecho (¿divino?) y por lo tanto no lo dejarán.  El engaño electorero ha llegado al paroxismo de que dirigentes de la coalición socialista de oposición (MUD) han dicho que en caso de ganar la mayoría parlamentaria liberarían a Leopoldo López (dejando ver que tampoco tienen el más mínimo respeto por la independencia del poder judicial).

Tengo que confesar que Leopoldo López no es santo de mi devoción.  Heredero del status quo adeco-copeyano (su papá fue presidente de Fundayacucho en ambos períodos de gobierno de Carlos Andrés Pérez).  Utilizó sus contactos e influencia para obtener un aporte monetario de PDVSA  para su ONG (y luego partido político) Primero Justicia (caso de corrupción que luego se aprovechó el chavismo para inhabilitarlo políticamente).  Luego que se separa de Primero Justicia, funda su partido Volundad Popular, otro partido que pretende implantar el socialismo en Venezuela, pero de forma democrática (y miembro pleno de la Internacional Socialista).

A pesar de mi posición política contraria a López y de esos hechos de su accionar político que ponen en duda su integridad, igualmente rechazo la condena aplicada.  Más aún cuando a los asesinos de la actriz Mónica Spear los condenaron a 5 años de prisión. Rechazo la sentencia porque es una muestra de uso abusivo del poder judicial y de las leyes.  Rechazo la sentencia porque es el accionar tradicional del socialismo en la justicia.

Ojalá esos 13 años no se cumplan y podamos salir del socialismo en Venezuela.