lunes, 14 de septiembre de 2015

Leopoldo López: sentimientos encontrados

A final de la semana pasada, después de varios aplazamientos y dilaciones innecesarias (violando principios de debido proceso y rapidez de justicia) le fue dictada sentencia condenatoria a Leopoldo López.  Haciéndose valer de "pruebas" amañadas, la jueza condenó a López, quién ya tenía varios meses preso, a un período en prisión 13 años y un poco más.

A todas luces hay que rechazar el uso abusivo del sistema judicial que ha hecho el régimen socialista venezolano.  Pero hay que recordar que, desde siempre, los socialistas han usado y abusado de la ley y del control del sistema legal. En la versión nacionalista del socialismo (el nazismo), la ejecución de millones de personas por su raza (judíos) era totalmente legal y avalado por los tribunales.  Llegaban a la locura de juzgar a las personas por siquiera oponerse a los dictámenes del Fuhrer.  Sus hermanos comunistas no se quedaban atrás.  Durante la época de Lenin, y luego durante Stalin, la ejecución de juicios sumarios en donde condenaban a millones de personas a la muerte (rápida por ejecución o lenta en los campos de concentración). En el Caribe, los socialistas antillanos (llamados castristas) también aplicaron juicios sumarios a todos sus adversarios, y hasta a antiguos revolucionarios que en algún momento se opusieron al rumbo de la revolución (como Huber Matos quien pasó casi 20 años en prisión) o que le podían hacer sombra al gran líder (como Arnaldo Ochoa, "héroe" de guerra, fusilado luego de un juicio sumario por participación en el narcotráfico).

Me ha sorprendido la ingenuidad con la que muchos venezolanos han recibido la noticia condenatoria, y yo pregunto: ¿esperaban algo distinto? ¿una condena de menos años hubiese sido recibida como un "peor es nada"?. O acaso ¿esperaban que un poder judicial controlado por el gobierno emitira una absolución a López?.  Que está de más decirlo, esa era la única sentencia aceptable.

Se lo difícil que es estar preso.  Yo mismo estuve preso, por un corto tiempo, en la misma cárcel en la que esta hoy Leopoldo López.  Para uno como persona es muy duro. Imagino que además de la privación de libertad, los militares que custodian el centro penitenciario de Ramo Verde deben hacerle la vida imposible a López, y tal como buenos socialistas deben aplicar maltrato físico y psicológico para hacerle ver "su error" a López de oponerse al socialismo.  Para los familiares también es muy difícil.  No quiero imaginar el sentimiento de impotencia y dolor que deben sufrir los padres de López, lo mismo que su esposa.

Pero he de decir que esta situación de López me ha causado conflictos al intentar entenderla.  En primer lugar, no entendí nunca la estrategia de López de entregarse al régimen y sus tribunales.  Al entregarse renunciaba a la presunción de inocencia que todo ciudadano debe tener, y al someterse al sistema judicial chavista, manda el mensaje interno y externo, que estamos ante un sistema judicial independiente y transparente.  No me pasa por la mente pensar en que Rómulo Betancourt se hubiese entregado voluntariamente al régimen de Marcos Pérez Jiménez, para "hacer más fácil" la lucha contra el régimen.

En segundo lugar, no he podido soportar el peregrinar de la esposa de López a través de distintos medios y organismos internacionales, apelando a la lástima del sufrimiento que debe vivir.  Peregrinar que no ha servido de nada, ya que los organismos internacionales ni los gobiernos de otros países harán nada en contra del régimen socialista venezolano.  Ha llegado a la insensatez de apelar al mito del populista bueno (Chávez) que está siendo traicionado por el populista malo (Maduro), haciendo dejar ver que el populista bueno había dejado "un legado positivo".  Nada mas lejos de la realidad.

Lo que estamos viviendo en la actualidad en Venezuela iba a suceder con o sin Chávez.  Quizás el carisma de Chávez (del cual carece Maduro) hubiese podido ocultar un poco el desastre, pero esto era inevitable. El deterioro de la economía es el resultado de la aplicación del socialismo.  A medida que avanza el deterioro económico el gobierno aplicará más control político y le servirá para entronizarse aún más en el poder. Y este es el auténtico legado de Chávez.

En tercer lugar, el continuo llamado de López y sus familiares a ir a votar el 6D (fecha de las próximas elecciones parlamentarias) sigue mandando un mensaje inconsistente.  En Venezuela no tenemos un gobierno democrático que, en caso de perder las elecciones, entregará el poder.  En estos 15 años de socialismo chavista, quienes gobiernan han demostrado que por ninguna razón dejarán el poder, y se han valido de todos los medios posibles, legales o ilegales.  Han asentado una auténtica casta (usando el adjetivo utilizado por Pablo Iglesias, pupilo español del chavismo), y como casta consideran que el sitio y poder que hoy ostentan les corresponde por derecho (¿divino?) y por lo tanto no lo dejarán.  El engaño electorero ha llegado al paroxismo de que dirigentes de la coalición socialista de oposición (MUD) han dicho que en caso de ganar la mayoría parlamentaria liberarían a Leopoldo López (dejando ver que tampoco tienen el más mínimo respeto por la independencia del poder judicial).

Tengo que confesar que Leopoldo López no es santo de mi devoción.  Heredero del status quo adeco-copeyano (su papá fue presidente de Fundayacucho en ambos períodos de gobierno de Carlos Andrés Pérez).  Utilizó sus contactos e influencia para obtener un aporte monetario de PDVSA  para su ONG (y luego partido político) Primero Justicia (caso de corrupción que luego se aprovechó el chavismo para inhabilitarlo políticamente).  Luego que se separa de Primero Justicia, funda su partido Volundad Popular, otro partido que pretende implantar el socialismo en Venezuela, pero de forma democrática (y miembro pleno de la Internacional Socialista).

A pesar de mi posición política contraria a López y de esos hechos de su accionar político que ponen en duda su integridad, igualmente rechazo la condena aplicada.  Más aún cuando a los asesinos de la actriz Mónica Spear los condenaron a 5 años de prisión. Rechazo la sentencia porque es una muestra de uso abusivo del poder judicial y de las leyes.  Rechazo la sentencia porque es el accionar tradicional del socialismo en la justicia.

Ojalá esos 13 años no se cumplan y podamos salir del socialismo en Venezuela.

domingo, 3 de mayo de 2015

El efecto civilizador del Capitalismo

El Capitalismo ha sido el único sistema de la historia
en el cual la riqueza no se ha adquirido mediante saqueo,
sino mediante producción,no por la fuerza, sino mediante el comercio,
el único sistema que ha defendido el derecho de los hombres a su propia mente,
a su trabajo, a su vida, a sí mismos.
Ayn Rand

En un artículo publicado en Libremente, Nicolás Cachanosky describía las confusiones que existen en torno al término capitalismo.  Un término acuñado por Marx para describir el proceso de cambio producto de la revolución industrial a fines del siglo XIX.  Ayn Rand lo llamaba (y da título a uno de sus libros) el ideal desconocido, y por sobre todo hacía referencia al capitalismo puro, de laissez faire.  En mi caso, y tal como Nicolás, veo al capitalismo como la consecuencia económica de la aplicación general de los principios generales (éticos, legales y por supuesto económicos) del liberalismo.

Tal como indica Ayn Rand en la cita con la que abro el artículo, la mayor virtud del capitalismo es que fundamenta la creación de riqueza sobre el comercio, sobre el libre intercambio contractual de valores entre hombres libres (y quizás como decía Carlos Rangel, era su propia debilidad).  Antes de la aparición del capitalismo, la poca riqueza que se producía era por el saqueo y la expoliación.  Los bienes de riqueza que se producían era para el disfrute de unos pocos mientras la mayoría de la población permanecía en niveles de subsistencia.

Los procesos sociales son de larguísimo plazo.  Por lo que el reconocimiento de los derechos individuales y los principios de la sociedad abierta (y del capitalismo) no han sido entendidos ni captados de forma integral.  Tanto Karl Popper como Friedrich Hayek señalaban que el reiterado surgimiento del socialismo es producto de los vestigios de la sociedad tribal que aún persisten en nuestra psiquis.  A pesar de esto, la extensión, en mayor o menor medida, de los principios del capitalismo ha permitido el avance de la civilización.

El comercio, por siglos fue despreciado por doctrinas políticas y religiosas.  Fue sólo a partir del reconocimiento de los derechos individuales, en donde se reconocía al individuo como un fin en si mismo dentro de una sociedad que, como medio, permitiría la coexistencia pacífica y voluntaria, que el comercio se reconoció, de manera lenta y progresiva, como una forma de intercambio civilizada.

En la trilogía de películas El Padrino, se muestra el esfuerzo (casi siempre infructuoso) que hace Michael Corleone para hacer legítimo el negocio de su familia y sacarlos de la violencia.  Todo acto violento, como el atentado que sufre Vito Corleone o la muerte de Sonny Corleone, ambos ocurridos en la primera parte de la trilogía, son justificados como acciones de negocios.  Lo mismo ocurre en el negocio del narcotráfico, que por ser ilegal, los carteles realizan acciones violentas para poder captar clientes o retener mercados.

En la medida que el capitalismo de laissez faire se deja funcionar, los actores de cualquier sector económico deben modificar sus comportamientos y adaptarlos dentro del proceso de intercambios voluntarios, y por sobre todo, atender las necesidades de los otros.  En el libre mercado son quienes mejor atienden las necesidades del público quienes se terminarán enriqueciendo.  Y cualquier forma violenta de obtener ese resultado (vía engaño, fraude o malas condiciones) será penalizada. Para poder captar clientes o retener mercados tienen que recurrir a medios civilizados, deben persuadir a los consumidores de las bondades de sus productos y servicios para que estos los adquieran.

Algo distinto sucede cuando el mercado no es libre o no hay respeto a los contratos implícitos y explícitos en las transacciones entre actores.  Cuando el gobierno interviene la economía, decidiendo de antemano quienes ganan, hace que las relaciones entre agentes económicas sean violentas y no voluntarias.  Al establecer barreras al comercio y dejar cautivos los mercados internos para pocos empresarios, en su mayor caso ineficientes, se violenta el derecho de cada individuo a utilizar su propiedad y decidir a quien comprar (o no comprar).  Lo mismo sucede al ilegalizar cualquier forma de comercio o establecer precios, los mercados negros afloran, y en esos escenarios cualquier negociación se vuelve incivilizada.

En la medida que se permita el desarrollo libre de los individuos, se incentivará el desarrollo de relaciones voluntarias y civilizadas.  Y de ello depende el crecimiento económico y por ende mayores niveles de bienestar para las sociedades.  Pero para lograr esto se requiere una constante batalla cultural y de ideas que diseminen los principios de la sociedad libre.  A la larga, y cito a mi amigo Guillermo Rodríguez, la humanidad tendrá un futuro de libertad, o simplemente no tendrá futuro.

jueves, 19 de marzo de 2015

El Rugido del Ratón

Las relaciones entre los gobiernos de Venezuela y Estados Unidos nunca han estado más tensas. Ni en aquella ocasión cuando Hugo Chávez, en plena Asamblea General de las Naciones Unidas, se refirió a George W. Bush como el diablo y en su habitual tono irónico/jocoso refería que el podio todavía destilaba el olor a Azufre.  A pesar de esa retórica, el mejor aliado del gobierno de Hugo Chávez siempre fue el gobierno de Bush, ya que Estados Unidos jamás dejó de comprar el petróleo venezolano.  Gracias al incremento de ingresos por venta del petróleo le permitió a Chàvez consolidar sus planes populistas y financiar, dentro y fuera de Latinoamérica, incluso dentro de Estados Unidos, a todo movimiento socialista.

Ya hace casi ocho años que George W. Bush dejó la presidencia y ya dos años que Hugo Chávez murió.  Hoy es Obama quien se sienta en la Casa Blanca (y por suerte hasta 2016), y en Venezuela, Nicolás Maduro mantiene la dirección del régimen socialista (lamentablemente no se sabe hasta cuando).  Obama mas bien había sido blando, tal como habitualmente han sido los demócratas, con regímenes socialistas.  Anibal Romero, en un artículo publicado en el 2012, advertía cómo la oposición política venezolana, dada su indefensión ideológica (y su irrompible vinculación con el socialismo, ya advertía Carlos Rangel que en Venezuela ningún político estaba dispuesto a no pretender ser izquierdista) era incapaz de advertir las analogías (mas no identidades, aunque a veces Obama hace méritos) entre Obama y Chávez, y "se derriten ante los demócratas y olvidan por completo el hecho comprobado de que sólo los republicanos han estado y siguen dispuestos a darle aunque sea una manito a la causa de la libertad en Venezuela".

La evidencia de lavado de dinero, vínculos con el narcotráfico y el terrorismo islámico y la violación de derechos humanos, y la presión ejercida por representantes (republicanos) como Marco Rubio, ha hecho que el gobierno de Obama haya emitido una orden ejecutiva en donde señala a Venezuela como un peligro a su seguridad (no la sanciona, sólo la señala).

La respuesta de esperarse del régimen dirigido por Nicolás Maduro, y de acorde al pensamiento tercermundista/socialista con que este se identifica, fue señalar que el gobierno de Estados Unidos planificaba una invasión militar a Venezuela (porque quiere adueñarse de su petróleo).  Para contrarrestar esto, Maduro solicitó una ley habilitante "antiimperialista", que le da incluso el poder de declarar como traidor (y quien sabe el castigo que les tocará) a aquellos venezolanos que no estén en contra de la medida de la administración Obama (Diosdado Cabello ha dicho que "Venezolano que no defienda la patria es un traidor").  El fin de semana pasado se hicieron ejercicios militares para "demostrar" la capacidad armamentista de Venezuela (y luego sale el sátrapa cubano a decir que Venezuela tiene los mejores militares del continente).   El último episodio de este espectáculo "antiimperialista" fue la declaración de Nicolás Maduro: "Si nos obligan a tomar las armas acabaríamos con los EEUU".

Esta declaración me hizo recordar un artículo que leí en el 2007, publicado en la revista Respekt, escrito por Phillip Dimitrov.  En esa época me encontraba estudiando en República Checa, pero el artículo me lo envió una querida amiga.  Dimitrov recordaba la película "El Rugido del Ratón" de Peter Sellers.  En dicha película, ambientada en la época de la postguerra, los gobernantes y burócratas (todos interpretados por Peter Sellers) de un pequeño y medieval principado le declara la guerra a los Estados Unidos, con el fin de que cuando fueran derrotados, ellos pudieran disfrutar del Plan Marshall y así lograr la reconstrucción del país por parte del magnánimo Tío Sam.

Pero lamentablemente esto no es lo que busca el régimen de Nicolás Maduro.  Primero, y como decía Jean François Revel, el régimen venezolano es "en todas las circunstancias, de oficio, pase lo que pase y se trate de lo que se trate, es antiamericano".  Y aunque Cuba ha iniciado un acercamiento con su ancestral enemigo capitalista, quienes dirigen el régimen venezolano están anclados la idea de revivir el bipolarismo de la guerra fría.  Ya el gobierno de Chávez había buscado alianzas con China, Rusia, Iran e incluso Corea del Norte, bajo el discurso de "buscar un mundo multipolar" pero con la idea fija de intentar establecer un polo de poder, socialista por supuesto, a la hegemonía del capitalismo representada por los Estados Unidos.  El propio Dimitrov lo denunciaba en su artículo (para mi asombro, en esa época) que los tentáculos del régimen chavista habían llegado incluso a financiar a movimientos comunistas en los países de la antigua órbita soviética.

Debería ser motivo de risa las declaraciones de Maduro, pero al contrario, deben ser de preocupación.  UNASUR (foro del idiota latinoamericano fundado a instancias de Chávez) ha solicitado el levantamiento de sanciones contra Venezuela (cuando no ha habido sanciones contra el país, sino una declaración de peligro y congelamiento de bienes a funcionario corruptos del régimen venezolano).  Y de cara a la Cumbre de las Américas, el régimen venezolano buscará presionar más al gobierno de Obama.  Luego de la apertura Cuba-Estados Unidos, y el eventual levantamiento del embargo, pareciera que el régimen venezolano busca un embargo por parte del gobierno de Estados Unidos.

En la película de Peter Sellers, al final, el pequeño país inesperadamente ganó su guerra emprendida en contra de los Estados Unidos.  O fueron los burócratas del Departamento de Estado quienes "aceptaron la derrota".  Quién sabe si el régimen de Maduro termina ganando esa guerra.

domingo, 25 de enero de 2015

Carta Abierta a la UNITEC

Esta carta la dirijo a autoridades, profesores y estudiantes y todos aquellos que hacen vida en mi alma mater, la Universidad Tecnológica del Centro.

Entré en contacto por primera vez con la UNITEC en 1989 en mi natal Maracay, cuando tomando un curso de inglés, a mitad del nivel una chica se tuvo que retirar porque nunca podía llegar a tiempo ya que la universidad donde estudiaba era muy exigente y los horarios eran de todo el día.  Ya en 1990, cuando con 16 años hice mi curso introductorio fue mi contacto directo.  Fueron cuatro semanas de locura, que empezaron con una clase magistral en el salón de fiestas del C C Shopping Center dictada por mi recordada Corina Ettedgui de Betancourt y por el rector César Peña Vigas.

Entre 1990 y 1995 hice mi vida de estudiante.  Fui durante 4 años preparador del curso introductorio, una oportunidad brindada a los estudiantes para, por un mes, dirigir el ingreso de los nuevos estudiantes, y donde se aprendía a gerenciar y a dirigir y sobre todo a ser "empresario de su propio aprendizaje".  En la faceta de estudiante era duro, clases todos los días y los viernes dedicado a Proyectos Institucionales (la punta de lanza del modelo UNITEC).  Pero más allá de la enseñanza formal recibida, lo que más aprendí en la UNITEC fue la búsqueda de la excelencia, el trabajo en equipo (sobre todo con gente que no era de mi carrera, muy importante para la vida laboral) y el interés por la verdad.

Me alejé de la universidad luego de graduarme ya que, por razones de trabajo, me había mudado de la región Maracay-Valencia.  Después de 13 años volví a vincularme como profesor y desde 2008 dicto varias materias.  Al volver a la UNITEC encontré muchos cambios, internos y externos.  Lamentablemente en 2007 había fallecido Corina Ettedgui.  El modelo de proyectos y curso introductorio había sido cambiado.  Las regulaciones estatales ya estaban siendo impuestas, empezando por la imposición legal de obligar a los estudiantes a esclavizarse en un servicio comunitario para poder graduarse. 

Y he ahí la principal motivación de mi carta.  En estos días, a través de las redes sociales de la UNITEC encuentro el siguiente mensaje: "Si no has realizado tu Servicio Comunitario no podrás hacer tu taller de Práctica Profesional".  Mi primera respuesta fue protestar a través de la red social ya que no es justificable desde ningún punto de vista que se le pongan prelaciones adicionales a los estudiantes para obligarlos a cumplir el servicio comunitario.  Escribía Frederic Bastiat en su famoso escrito La Ley que “Cuando la ley y la moral se contradicen, el ciudadano se encuentra ante la cruel alternativa de perder la noción de moral o perder el respeto a la ley”, y aunque es difícil debatirse entre estas dos posiciones, pienso que hay que hacer lo posible por no perder la moral dentro de lo que se pueda dentro del cumplimiento de la ley, aunque esta segunda sea inmoral.

El servicio comunitario estudiantil es una práctica inmoral
.  Por más que sus promotores la pinten de beneficiosa ya que "estimula la conciencia social de los estudiantes", obligar a estos, a punta de pistola, a "devolverle a la sociedad" es un chantaje.  Uso la palabra esclavizar ya que se les obliga coaccionados a que dediquen su tiempo en actividades que, quizás, libremente no lo harían.  Uso la palabra chantaje ya que el servicio comunitario se basa en la idea de que los estudiantes deben "hacer algo por la comunidad" como si sólo el simple hecho de estudiar y generar riqueza con los conocimientos adquiridos no es un aporte suficiente a la sociedad, o la mas absurda de "devolverle a la sociedad", que implica que haber tenido la posibilidad de estudiar fue a costa de quitarle a la sociedad, nada más absurdo.

Pero además educar a un individuo para después pedirle qué trabaje de gratis, una vez que esta más calificado, es como diríamos coloquialmente "engordar un cochino para diciembre", en último caso debería exigirse el trabajo gratuito a los qué ingresan no a los qué salen porqué entonces ¿donde esta la benevolencia de la institución? de hecho esto revela un poco porque la sociedad está dispuesta a invertir en  educación, la sociedad entiende el beneficio colectivo de los profesionales universitarios, de hecho mientras avanzado el estudio, existe mayor facilidad financiamiento, por la misma razón.

Es claro que el valor detrás del servicio comunitario es la envidia: como tuviste el privilegio de acceder a una educación superior debes, además de los impuestos, trabajar de gratis para los pobres, esto se evidencia al no reconocer las actividades de investigación y de extensión, que ya de suyo realiza la universidad como servicio comunitario, no! tiene que ser en el barrio, tiene que ser con los pobres, si no, no sirve.

En lo personal creo que la labor de uno como profesor no es sólo transmitir conocimientos técnicos.  Uno debe transmitir valores y enseñanzas que hagan de esos profesionales en formación mejores personas.  En un momento de crisis moral y económica que vive Venezuela, el valor más importante que se debe transmitir (y lo intento en cada una de mis clases) es el de la libertad individual y la responsabilidad.  La crisis actual de Venezuela es producto de haber abandonado esos valores y esperar que "el Estado" o "la Sociedad" se encargue o nos de todo, y peor aún, creer que el colectivo está por encima del individuo.  Si queremos que el país cambie, debemos revisar nuestros valores y reconstruir sobre los que se pueda.  Y el papel de la universidad es clave en este proceso de reconstrucción.  Si se quiere estimular en los estudiantes la necesidad de preocuparse por los ciudadanos menos favorecidos, es a través de fomentar la caridad voluntaria, no a través de obligarlos esclavizándolos.

Conmino a las autoridades de la universidad a hacerle más fácil a los estudiantes las absurdas regulaciones que impone un leviatán que cada vez más irá asfixiando a la educación paga (y no digo privada porque hace tiempo que ha dejado de serlo) hasta acabar con ella, ya que representa el último escollo de libertad educativa que no pueden controlar.  Por lo tanto pido a las autoridades que se elimine cualquier prelación relacionada con el servicio comunitario.  Igualmente, conmino a los estudiantes a exigir que se eliminen estas prelaciones.  El servicio comunitario no es una materia mas, es una imposición externa a un acuerdo contractual, y por sobre todo es una imposición inmoral.

Ing. Osmel Brito-Bigott, PhD(c)
Profesor Agregado

domingo, 4 de enero de 2015

Por qué critico tanto a las Universidades Autónomas

Un amigo publica recientemente en su timeline de Facebook una noticia sobre una nueva resolución del CNU de rebajar los criterios de admisión a las universidades, en especial la importancia que se le da a las notas acumuladas durante los estudios de bachillerato, y colocando un énfasis mayor en la "situación socio-económica" del estudiante (es decir, mientras más pobre mayor mérito para poder optar por un cupo). De por si, la noticia causaba rechazo en mi ya que es una nueva estocada del socialismo en el poder para destruir las nociones de mérito (relación esfuerzo-recompensa) que debe haber en toda sociedad.  Cometí el error de suponer y comentar que la decisión habría sido impulsada por los rectores de las universidades autónomas, quienes en el pasado controlaban el CNU. Desconocía que la última reforma de la Ley de Universidades impulsada por el gobierno, había cambiado la conformación del CNU y les había otorgado igualdad de puestos a los rectores de todas las universidades autónomas, experimentales y privadas, con la intención por supuesto de controlar esa instancia a través de las universidades plenamente controladas por el gobierno. De la noticia, sorpresivamente fueron los rectores de las 5 universidades autónomas y el de la Unimet (única privada) quienes salvaron el voto ante la propuesta de rebajar los criterios de admisión.

Una persona que respondió a mi comentario me señalaba de querer desprestigiar a toda costa a las universidades autónomas, incluso acusándome de ligar odio y envidia a mi crítica.  Desde hace ya algunos años vengo criticando el papel de estas universidades (no exclusivamente) en el masivo adoctrinamiento que ha habido en Venezuela en favor del socialismo.  Pero en un país como el nuestro, quien osa meterse con esos totems sagrados se ve expuesto a ataques de todo tipo.

Tengo que aclarar que para mi nunca fue opción estudiar en las universidades autónomas, a diferencia de mis padres y mi hermana que si estudiaron y egresaron de la Universidad de Carabobo.  A pesar de haberme graduado de bachillerato con un alto índice que me permitía optar a la carrera que yo quisiera (en esa época, la única carrera que exigía un mayor índice académico que el mío era Ingenieria de Sistemas en la ULA, con 82 puntos, mientras yo tenía un índice de 78,22), para mi nunca fueron una opción a evaluar, ni por las carreras y mucho menos por los eternos cuentos de pérdida de tiempo para poder graduarse.  Finalmente estudié en una universidad privada, de la cual hoy soy docente, me siento orgulloso de mi alma mater, pero cuando hay que criticarla, lo hago.  

Nunca he entendido el amor casi chovinista que tienen los egresados de las universidades autónomas (en especial los de la UCV, algunos me han dicho que no lo entiendo porque nunca estudié ahí) por sus casas de estudio. Y es un amor hasta cierto punto hipócrita (como muchas de nuestras posiciones en Venezuela) en donde defienden a capa y espada el 'honor' de la casa de estudio, pero luego de egresados es poco lo que aportan a su casa de estudio (quizás porque, y de manera intuitiva, entienden que ya fueron expoliados de manera coactiva para el financiamiento de la misma).  No sucede como en otros países en donde los egresados, ya sea de manera individual o colectiva, hacen aportes económicos para que sus alma mater mejoren y abran nuevos programas docentes o de investigación.

Por ser docente universitario me he involucrado con la academia en su conjunto, intentando impulsar otras prácticas (uso de nuevas tecnologías, métodos de enseñanza o desarrollo de líneas de investigación) y entiendo muy bien que la investigación académica es necesaria para el avance del conocimiento.  Pero la pregunta siempre incómoda es (y reflejada en los bajos resultados que obtienen nuestras universidades en los rankings mundiales) ¿cuál ha sido el aporte académico de las universidades autónomas? A excepción de pocos casos (como el de Humberto Fernandez Morán, que paradójicamente no estudió en Venezuela, o más recientemente Jacinto Convit), cuáles han sido los investigadores que han aportado avance a la ciencia?  ¿Cómo se explica que universidades más jóvenes que nuestras centenarias universidades autónomas figuren hoy en los primeros lugares de los rankings universitarios? Son preguntas siempre incómodas, y la respuesta recurrente que oigo es "acaso son los premios o los rankings la única forma de demostrar el buen desempeño de una institución educativa?"

Y no es tan sólo en el ámbito del desempeño académico.  A finales de los 70 es imposible no mencionar el bochornoso trato que se le dio a Carlos Rangel (quien había sido profesor de la UCV) y Sofía Imber, cuando luego de presentar el opus magnus de Rangel, Del buen salvaje al buen revolucionario, fueron sacados a escupitajos de estudiantes de izquierdas quienes no toleraban que alguien se atreviera a presentar un libro "reaccionario de derechas" (como lo llamaría Manuel Caballero), vaya muestra de tolerancia a "todas las corrientes del pensamiento".  Misma muestra de tolerancia la han padecido conocidos míos, antiguos profesores de esas casas de estudio, que han sido sacados por negarse a enseñar (o mas bien a adoctrinar) bajo principios del socialismo (o del marxismo cultural). 

A finales de los 80, 911 intelectuales firmaron un comunicado en donde le daban la bienvenida a Fidel Castro.  En su mayoría eran profesores o egresados de la UCV.  Casa que "vence las sombras" pero no ha dejado de contaminar de marxismo las mentes de sus estudiantes y egresados.  En otro post que publiqué hace algún tiempo mostraba el programa de estudio de una materia de economía política, en donde lo que se enseña es marxismo puro, como si fuera ciencia económica.  Y en las otras facultades claves para el marxismo cultural (letras, filosofía, antropología, educación, periodismo, sociología) es lo que mayormente se enseña (o se adoctrina).  Se dice que se formenta el pensamiento crítico, si, el pensamiento crítico del capitalismo.  Y no olvidar que en las 5 autónomas (y en algunas experimentales como la UPEL) han servido de escondite de las células comunistas de Bandera Roja, Liga Socialista, PRV-Ruptura, y cuanto movimiento de captación de jóvenes.

El segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez fue criticado (especialmente, pero no exclusivamente, por su propio partido) por haber nombrado ministros a varios profesores del IESA, y utilizaban el mote despectivo de 'IESA-boy' (de hecho los egresados del IESA constantemente nos señalan de IESA-boys neoliberales).  Hoy, la mayoría de quienes dirigen el país a la destrucción son profesores o egresados de esas casas de sombra que son las universidades autónomas, pero nadie los señala de 'UCV boys' ni de socialistas salvajes.

Y es que no sólo la UCV ha sido la única, las 5 autónomas han sido responsables de la crisis económica y moral que hoy vive Venezuela.  Un buen amigo siempre me refiere una frase "el fracaso de Venezuela es el fracaso de la UCV". Pero lo peor es que dentro de esas instituciones se atreve a cambiar, enquistados en sus paradigmas, cada vez mas nuestra academia se hace más insignificante en el mundo.  Y quien se atreve a señalar que el rey está desnudo, a ese hay que callarlo.