sábado, 16 de junio de 2012

Carta a Ricardo Combellas

Hoy leo su artículo publicado en El Universal titulado “Todos somos liberales” (http://www.eluniversal.com/opinion/120616/todos-somos-liberales) y, como liberal que me considero, auténtico liberal (de esos que creemos que la libertad es una sola, indivisible) me siento en la obligación moral e intelectual de refutar lo que usted escribe.
Primeramente, el liberalismo es heredero de dos hechos políticos importantes. De la declaración de derechos de 1215 en donde los nobles le impusieron condiciones al Rey Juan Sin Tierra, y de la Revolución Gloriosa de 1688 en donde se cristalizan por primera vez las ideas de John Locke. Herederos de esa tradición fueron los padres fundadores de los Estados Unidos, quienes en 1776 y 1789 llevaron hasta las últimas consecuencias políticas las ideas de Locke de limitación del poder (claramente lo expresa Jefferson en la declaración de independencia: Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se vuelva destructora de estos principios,el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que base sus cimientos en dichos principios, y que organice sus poderes en forma tal que a ellos les parezca más probable que genere su seguridad y felicidad.
Hay una segunda tradición liberal en la europa continental, y no es en Francia donde se desarrolla, sino en España, en el siglo de Oro, en donde los escolásticos, aparte del desarrollo de pensamiento económico, también desarrollaron ideas políticas de limitación del poder (como Juan de Mariana desarrolló su teoría de tiranicidio justificado cuando el monarca violara la propiedad de los súbditos).
Y es que la tradición liberal siempre ha sido contraria al poder. Y aunque en la ubicación original izquierda-derecha de la asamblea francesa, liberales decimonónicos como Frederic Bastiat, se ubicaban como los socialistas, a la izquierda, se diferenciaban de estos últimos en la defensa del individuo y de los tres derechos fundamentales: Vida, Libertad y Propiedad. Y cuando los socialistas hicieron del estado y del uso de la fuerza su arma para lograr la igualdad que ellos propugnaban, fue cuando los liberales se separaron y podemos decir, se ubicaron a la derecha.
Creer que la gente puede ser libre en lo político, pero cuando se refiere al uso del fruto de su trabajo no se puede ser libre es una inconsistencia desde todo punto de vista y alguien así no se puede llamar liberal.
Usted desconoce la historia al decir que la fundación de la Mont Pelerin Society fue una tentativa para maniatar al liberalismo y de ahí nació el “neoliberalismo”. Primero, y le aclaro, la Mont Pelerin Society fue ideada por Hayek principalmente (Friedman apenas fue un invitado, como muchos otros) para organizar un contrapeso intelectual al avance de las ideas socialistas (ya en esa época el New Deal, política económica anti-liberal, había dejado sus nefastos efectos en la economía de USA). En esa reunión hubo liberales de todas las corrientes (tanto que hay una anécdota que en una de las reuniones, Ludwig von Mises llamó a todos los participantes “bunch of socialists”, sólo por hablar de la redistribución de la riqueza)
El neoliberalismo es un invento de la izquierda, en especial latinoamericana, para rechazar las políticas impuestas por el consenso de Washington en la década de los 90, que si bien proponían una supuesta apertura al mercado, no hubo en ningún caso reducción del tamaño del estado, apareció la idea nefasta del “estado regulador”. Privatizaciones de monopolios públicos que cambiaron a ser monopolios privados. Incremento de la presión fiscal. Nada que ver con el liberalismo.
Usted dice que a partir de la MPS se introdujo la separación entre liberalismo económico y liberalismo político. Nada más alejado de la realidad y demuestra su profunda ignorancia sobre el trabajo de Hayek o Friedman (autores que despectivamente menciona en su artículo, por no decir Bastiat, Mises o Rothbard). Mises fue el primero (“La idea de que la libertad política puede ser preservada en ausencia de libertad económica, y viceversa, es una ilusión. La libertad política es el corolario de la libertad económica.”), y luego Hayek y Friedman que pusieron en evidencia que la libertad política no es sostenible sin libertad económica. Y fue exactamente lo que advirtió Friedman en Chile y en China, que las libertades económicas mas temprano que tarde producirían el advenimiento de la libertad política (algo que ya pasó en Chile y que en China progresivamente irá pasando).
Como buen socialista usted desdeña del mercado, sin entender que eso que llamamos mercado somos los seres humanos y representa esa inmensa red de relaciones libres que establecemos los seres humanos para el intercambio voluntario de valores. Y es ese mercado el que logra acompasar los intereses individuales para lograr algo mayor, que es el bienestar de todos. Es lo que expresa la metáfora de la mano invisible de Adam Smith.
El liberalismo se puede definir simplemente como: el respeto irrestricto por el proyecto de vida de los demás. Y se debe agregar algo más: el uso de la fuerza sólo puede ser para fines defensivos. Y ahí un punto clave. Los liberales entendemos que el estado, como monopolio de la fuerza, debe estar limitado con leyes objetivas. Por eso autores como Hayek o Ayn Rand, alaban al sistema anglosajón del Common Law, por encima del derecho civil de tipo francés (heredero del código napoleónico). Y el estado de derecho debe garantizar dos cosas: 1. igualdad ante la ley (no mediante ella, como quieren los socialistas) y 2. que el individuo sepa de antemano la actuación del monopolio de la fuerza.
Y le aclaro, no hay nada más contrario al liberalismo que verlo como una ideología cerrada. El liberalismo (heredero de Locke, Bastiat, Hayek y tantos otros) es un grupo de ideas en constante evolución. Al leer las obras de estos autores uno se da cuenta como ese conocimiento se va ampliando y va llegando a límites antes jam;as pensados. Totalmente contrario al socialismo (en todos sus sabores) que se basa en una doctrina cerrada, casi religiosa.
Y si, hay muchos tipos de liberales (el liberalismo es uno solo). Y la gran diferencia entre todos ellos radica en el papel que le damos al estado. Desde los liberales como Hayek, que creían que el Estado tenía un papel importante en la provisión de bienes y servicios que el mercado no provee, hasta los anarcocapitalistas que defienden que no hay justificación alguna de la existencia del Estado. Pero si algo tenemos todos en común es que entendemos que la libertad es una sola. Y sabemos, como bien lo escribió Hayek en Derecho, Legislación y Libertad, que lamentablemente todos los esfuerzos por limitar el poder del estado fracasaron durante el siglo XX, el siglo del estatismo.
Lo invito a profundizar más en las obras de estos autores de los cuales usted se refiere de manera tan despectiva. Quizás no para convencerse de las ideas de la libertad, pero por lo menos para que conozca su obra y la importancia que tiene para la defensa de la libertad.
Saludos