jueves, 6 de marzo de 2008

Experimentando como empresario informal

Hace unas semanas, aprovechando que en Venevisión habían convocado un casting para jóvenes, un amigo me propuso vender agua y refrescos, idea que no me pareció descabellada. Toda la experiencia me sirvió para aprender muchas cosas.

La primera de las tareas que me tocó hacer, fue comprar la mercancía, saber seleccionar que podían comprar los clientes y estimar aproximadamente la cantidad de cada producto que debía tener en inventario. En la mañana siguiente, me tocó comprar el hielo para enfriar los productos. Al llegar a la zona donde se realizaba el casting, había una cola de más de 3000 personas. Me tocó buscar un buen sitio para ubicarme. Y colocar carteles que publicitaran los productos que yo ofrecía.

Con todas esas actividades que realicé, me di cuenta lo complicado que es ser buhonero. Todo lo que uno estudia en una Maestría en Administración, mercadeo, operaciones, logística, finanzas; todo eso lo realiza un buhonero, muchas veces sin formación. Y aún más, me di cuenta que eso es exactamente la función empresarial, la iniciativa creadora del capitalismo. Que tantas veces ha sido bloqueada en nuestro país por los gobiernos, impidiendo de múltiples maneras, que estos empresarios puedan formar capital y así dejar la pobreza.

Otra cosa de la cual me pude percatar, es el daño que han hecho las televisoras en este país. Era evidente que la mayoría de los jovencitos y jovencitas (más ellas que ellos) provenían de sectores pobres. Todos con la ilusión de quedar en el casting, como una forma rápida de lograr fama y fortuna. Y que son capaces de hacer cualquier cosa por quedar en el programa.

Una de las condiciones que aparentemente pedían en el casting era que supieran cantar. Muchos de ellos no lograban pasar la primera etapa y salían muy molestos. Niñas llorando o simplemente molestas. Pero muchos de los aspirantes no entendían que ser cantante o actor requiere trabajo, mucho trabajo. Valor que no ha permeado en nuestra sociedad. Todos quieren la fortuna fácil y no entienden que el trabajo en un valor en si mismo. Valores que ni los gobiernos ni los medios de comunicación han sido capaces, ni han querido transmitir. Y no los han querido transmitir porque son contrarios a sus intereses de casta dominante.

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