miércoles, 11 de junio de 2014

Chataing, Televen y el Lusinchismo

Me entero por las noticias que vuelan, literalmente, por el internet, que de manera abrupta fue sacado del aire el programa de Luis Chataing por, entre otras cosas, haberse burlado de la presentación de pruebas de magnicidio que hizo el desquiciado Jorge Rodríguez y el alto mando político (algo así como el Politburó) de la Revolución.

Cuenta la historia contemporánea venezolana que Carlos Soublette, siendo presidente de Venezuela, lo llevaron a ver una obra de teatro en donde se burlaban del presidente.  Imagino yo, que los aduladores de la época deben haberle "metido casquillo" al general Soublette para que no admitiera la burla de la cual era objeto.  Pero Soublette, de nuestros generales fundadores, era el menos militar.  Cuando llamó al director de la obra para conversar con él, dicen que dijo la siguiente frase: "...  la patria no se perderá porque el  pueblo se ría de sus  gobernantes, la patria podrá perderse cuando los gobernantes se rían de su pueblo..."

Y es que el país tiene muchos años perdiéndose.  No sólo estos últimos 15 años de chavismo.  Ya desde bien entrado en madurez el sistema democrático, los presidentes y gobernantes se acostumbraron a burlarse de los venezolanos.  Gobernantes como Luis Herrera Cámpins (y como reseña Carlos Rangel en un artículo de la época) "en varias oportunidades declaró, como si fuera una gracia, ser un mandatario respetuoso de las leyes, de la libertad de expresión y de la actividad opositora".  O políticos como el recién fallecido Jaime Lusinchi, quién, después de dejar al país sin reservas internacionales y con altos niveles de endeudamiento salió diciendo por televisión (burlándose nuevamente de nostros): es que la banca nos engañó, y para más colmo le espetó en la cara a un periodista (aunque dicen que iba dirigido a Marcel Granier) aquel famoso "tu a mi no me jodes".

Pero con todo y eso, y a pesar de que hasta esa época el gobierno de Jaime Lusinchi había sido el más corrupto que había conocido Venezuela, este salió del poder con altos niveles de aceptación popular (algo asi como Michelle Bachelet en Chile).  Todo gracias a un eficiente equipo de comunicación (y propaganda) entre los que se encontraban Carlos Croes y Martha Colomina.

Una de las pocas cosas buenas que pudo haber hecho Lusinchi fue la apertura del espectro radial (en esa época iniciaron las transmisiones de las radios FM) y el otorgamiento de una tercera concesión de señal de televisión a nivel nacional al canal que hoy conocemos como Televen,  después de 30 años, y teniendo en contra a los dos grandes canales de televisión de la época (RCTV y Venevisión, quienes se cartelizaron en contra de Televen en años posteriores).  Inicialmente se decía que era un canal donde algunos artistas de televisión (como Guillermo González u Orlando Urdaneta) quienes descontentos con sus antiguas casas televisivas habían invertido dinero para formar un canal dirigido por artistas (algo así como una empresa dirigida por sus trabajadores), pero la realidad no era así.  El mayor capital accionario de la empresa lo había puesto un empresaurio (me niego a llamarlo empresario) llamado Omar Camero.  Y, ¿quién era Omar Camero? el empersaurio que había facilitado la venta de los Jeeps que compró el gobierno de Lusinchi para apoyar la campaña de Carlos Andrés Pérez en el año 1988.  La concesión de señal abierta nacional era el pago por ese favorcito.

Por supuesto, en Televen se anidaron los periodistas del lusinchismo y sus aliados de izquierda: Carlos Croes, Martha Colomina y José Vicente Rangel.  Y cuando el lusinchismo se enfrentó como oposición al gobierno de Carlos Andrés Pérez, principalmente por haberlos dejado fuera del gobierno y haberlos puesto a competir en elecciones regionales (recuérdese que los primeros que rechazaron la descentralización fueron los adecos), estos conspiraron con la izquierda para hacer propaganda en contra de la tímida apertura iniciada por CAP en su segundo gobierno y destapar el caso de los 250 mil dólares que este le envió a Violeta Chamorro (que palidecen al lado de los miles de millones de dólares que los gobiernos de Chávez-Maduro han repartido por toda Latinoamérica para impulsar el proyecto continental del Foro de Sao Paulo).

La salida de Chataing no es de extrañarse.  Sacaron a Martha Colomina cuando se empezó a poner incómoda para el gobierno.  Lo mismo hicieron con César Miguel Rondón.  Y eso fue en momentos en donde el gobierno de Chávez aún no había logrado tener su "hegemonía comunicacional".  Ahora muchos se sorprenden de la salida de Chataing, y por supuesto se indignan, con toda razón.  Pero esto es el pago (el peaje) que deben pagar los lusinchistas Camero ante sus aliados de la izquierda que gobierna.

Hay que recordar que no hay ninguna libertad posible sin el derecho a la propiedad.  Y cada vez más este derecho (auténtico e inalienable del individuo) viene siendo destruido en Venezuela.  Ojalá empecemos a entender eso y que el único objetivo del socialismo (de todos los partidos) es la destrucción de la propiedad privada.  Y ojalá Luis se vuelva en un defensor de los tres derechos fundamentales del individuo: la vida, la propiedad privada y la libertad; y del sistema que los hace posible, el capitalismo de laissez faire.

Amanecerá y veremos...

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