martes, 9 de octubre de 2012

Elecciones Venezuela 2012: El triunfo de la sociedad parásita


‎"Sabemos que las cosas no están bien, que hay mucha corrupción en el gobierno;
pero no queremos que venga otro y nos quite lo que Chávez nos ha dado".
Vendedor informal, venezolano pobre

El estado es la gran ficción a través de la cual
todo el mundo trata de vivir
a costa de los demás
Frederic Bastiat 

Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado,
otra persona trabajó por ello pero sin recibirlo.
El gobierno no puede entregar nada a nadie,
si antes no se lo ha quitado a otra persona.
Cuando el 50% de las personas llega a la conclusión
de que no tienen que trabajar porque la otra mitad
está obligada a hacerse cargo de ellas,
y , cuando la otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar
porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo
ese, es el fin de cualquier nación.
Ayn Rand

Tres meses en campaña, dos candidatos, dos ofertas similares aunque con matices, una fecha, 7 de octubre, los resultados: vuelve a ganar mayoritariamente Hugo Chávez y su oferta socialista revolucionaria.

Muchos sesudos analistas (algo que yo no soy) han dado sus opiniones respecto del tema, todas muy variadas, unas hablando de posibles irregularidades en el proceso que pudieran pensar en un fraude hasta otros que alaban al candidato opositor ya que, aunque no ganó, logró consolidad más a la oposición y que Henrique Capriles se vuelve en un líder que en un futuro (diría yo lejano) pueda ser presidente de Venezuela.

Y es que el problema central de Venezuela no es el cambio del presidente, es el cambio del modelo.  Entre 1958 y 1998 la tasa del crecimiento del PIB per cápita de Venezuela fue de -0.1%, en términos legos, en esos 40 años el país se empobreció, la población creció más que la riqueza que se producía. Y eso fue lo que generó que en 1998 más de la mitad de la población era considerada pobre.  Sumado a eso, un sistema bipartidista corrupto, otorgador de privilegios y cuya oferta electoral siempre era "hacer una mejor redistribución de la riqueza", pero que terminaba siendo reparto clientelar para lograr el voto circunstancial.

La oferta inicial de Chávez pareció distinta.  Cambiar la constitución y acabar con el anterior sistema corrupto.  Pero dentro de esa oferta engañosa se introducía un modelo, el cual una mayoría circunstancial le impuso al resto del país, en donde no había balance de poderes y mucho menos división.  Planteaba la figura del referendo para muchas cosas, entre ellas revocar a funcionarios electos, incluido el presidente.  Ya no hay mucho que decir al respecto, esta figura terminó siendo usada para el apartheid político mas grande ocurrido en Venezuela.

Luego de aprobada la constitución, Chavez ha sido electo en el 2000, en el 2006 y ahora en el 2012.  Es su cuarta elección (incluida la del 98) ganada. 14 años, y para 2019 ya serán 20 años en el poder.  A esta elección del 2012 llegó enfermo (recién salido de un supuesto cáncer), con una economía en dificultades (alta inflación, devaluación contínua de la moneda), altas tasas de inseguridad (Venezuela es el país con más muertos semanales sin que haya una guerra en su territorio), denuncias de corrupción a todos los niveles y en todos los poderes (el caso más emblemático del juez Aponte Aponte, acusado por el gobierno de vínculos con el narcotráfico quien a su vez relató el uso que hace Chávez del poder judicial para amedrentar políticamente a sus adversarios), cierre de medios, fallas constantes y racionamiento en el servicio eléctrico, escasez de alimentos, etc.  En cualquier país normal, a un gobierno así no se le hubiese reelecto ni una sola vez. Pero, y entonces, por qué vuelve a salir electo Hugo Chávez?  ¿Cómo es posible que Henrique Capriles no haya logrado ganar si parecía haber unificado a la oposición y acercado a sectores anteriormente pro Chávez?

Para muchos la respuesta más fácil es que ha venido haciendo fraude en las elecciones.  Decía Stalin, con su estilo cínico (aunque menos que Lenin) que en unas elecciones no importa quienes votan, sino quienes cuentan los votos. Y es que desde 2004 sobre el sistema electoral venezolano, totalmente automatizado, ha habido una sombra de duda sobre su fiabilidad.  Sumado a eso, el padrón electoral de cedulados tiene muchísimas fallas y desde hace algunos años viene siendo administrado por el gobierno de Cuba (a través de la trasnacional cubana AlBet Ingeniería y Sistemas).  Aunque yo comparta muchas de esas dudas, mi respuesta no es esa.

En Venezuela, desde 1958, y aún más desde 1975 (año de estatización de la industria petrolera), nos fuimos acostumbrando a que el estado nos daba todo.  Educación, salud, vivienda, seguridad social, y cuanta cosa usted puede imaginarse.  Al principio, entre 1958 y hasta mas o menos 1980 todo iba muy bien.  Parecía que ese "estado de bienestar", el socialismo "bueno", si funcionaba.  Pero es que al principio en Venezuela había un stock de capital acumulado que permitió el arranque de ese sistema de redistribuición de la riqueza.  Pero desde 1958, el stock de capital privado (es decir, quienes generan la riqueza) fue decreciendo, es decir la sociedad fue produciendo y ahorrando cada vez menos.  Y la estocada final fue la estatización de la industria petrolera.  El estado se hizo enormemente rico, mientras que la sociedad se empobrecía.  Fue la época de la "Venezuela saudita", en donde el estado, con todo ese dinero que percibía de manera repentina, se embarcó en proyectos faraónicos y se endeudó, tal como un jovencito a quien le dan su primera tarjeta de crédito.  Además, esa riqueza en manos del estado estimuló a los venezolanos, de todas las clases sociales, a entender que debía percibir un poco de esa riqueza y que era el estado quien debía distribuirla.

Cuando estalla la crisis de la deuda en Venezuela, en 1983, cuando por primera vez en más de 30 años se devaluaba la moneda, se acentuó el empobrecimiento de la mayoría de los venezolanos.  Y al empezar a salir a la opinión pública diversos actos de corrupción (producto de la inmensa discrecionalidad de los organismos del estado), la gente empezó a pensar que el problema de la pobreza en Venezuela, es que alguien no estaba distribuyendo bien la riqueza del país.  Cuando Carlos Andrés Pérez se presenta en las elecciones de 1988, quienes lo votaron lo hicieron no para avanzar como país, sino para que Pérez nos llevara a la época de la "Venezuela saudita".  Pero Pérez venía con otra visión, el neoliberalismo, estatismo con pequeñas dosis de liberalismo.  Eso implicaba abrir los mercados, competencia, mayores impuestos.  Cosas que no le gustaban a los venezolanos.  Los venezolanos querían otra vez el festín de dólares.

Y desde esa época hasta la actual elección esa ha sido la constante, buscar a aquel político que reparta mejor la riqueza.  Chavez ha logrado que la gente crea (dentro y fuera de Venezuela) que ahora si se está repartiendo bien la riqueza y no se la roban "los oligarcas".  Con un vasto programa social de dádivas clientelares, la mayoría de los pobres reciben ayudas monetarias del gobierno, pero que son identificadas a que quien las da es el presidente Chavez (para lograr la personalización del asunto).  Y, aunque haya corrupción, la gente considera como "derechos adquiridos" esas dádivas.  Y como cito al comerciante informal "no vamos a permitir que venga otro y nos quite lo que Chavez nos ha dado".  

Conscientes de eso, la oposición siempre ha intentado pintarse como un Chávez más light.  El propio Henrique Capriles se autocalificaba como de centro izquierda, admirador del modelo socialista de Lula da Silva.  Su promesa principal era extender el gasto social para todos (las misiones).  Y a pesar de que el PSUV calificaba a Capriles como "el candidato de la derecha", hay que aclarar que no era así. Capriles representaba una versión moderada del socialismo.  El tema central de la elección giraba en torno a quien era más socialista "bueno".  Incluso en un momento salieron personas que apoyaban a Capriles a rechazar un supuesto "paquete neoliberal" que progresivamente desmontaría los programas sociales.  Lo primero que hizo Capriles fue rechazar dicho "paquete".  ¿Ser neoliberal?, nunca.

Y es que finalmente la frase del comerciante informal resume el pensamiento de mendigo y de parásito de la sociedad venezolana.  Dicho comerciante es un pobre, pero el de clase media pensará "no quiero que me quiten el subsidio de la vivienda o los dólares baratos de Cadivi" y el rico también piensa "no quiero que me que me quiten el crédito barato, la protección arancelaria o la concesión que me dieron", piensa el militar "no quiero que me quiten las comisiones del rancho del cuartel", piensa el empleado público "no quiero que me quiten el bono", piensa el director de cine o de teatro "no quiero que me quiten el financiamiento de mi película/obra". En el fondo, es el mismo pensamiento, sin importar la clase social que sea. Sea chavista o sea opositor. Tenga estudios o no. 

Una vez se intentó hacer lo contrario, a medias, y el país entero conspiró para volver al reparto. TODOS quieren vivir del Estado, y mientras esa sea la idea de fondo el país no va a ir para ningún lado y Chávez seguirá ganando elecciones.  Esperemos que no lleguemos al fin, como decía Ayn Rand, a quien cito al inicio.

Amanecerá y veremos.

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