jueves, 14 de enero de 2021

Nubes que opacan la computación en la nube: Parler y AWS

"Una vez, los hombres entregaron sus pensamientos a las máquinas con la esperanza de que estas los liberaran. Pero esto solo permitió que otros hombres con máquinas los esclavizaran"

Frank Herbert Dune

Empiezo por aclarar que soy computista. Mi práctica profesional de más de 20 años se ha desarrollado en el mundo de las bases de datos y el internet.  Y para más señas, mi negocio tiene una base importante de implementaciones en la nube.  Siempre me ha maravillado el desarrollo de las tecnologías de información ya que, entendía yo, gracias a ellas las sociedades tendrían un mayor bienestar y libertad dado los incrementos asombrosos de productividad que se lograban con el uso de estas herramientas.  Aún más con el desarrollo el internet, esa capacidad de interconexión le permitiría a gente más alejada de los centros de producción de conocimiento y riqueza, acercarse a estos y superar esa lejanía, que en muchos casos, también significaba pobreza.

El rápido progreso del internet, cuya penetración ha sido mucho más rápida que el teléfono tradicional y la propia electricidad, fue permitiendo que se ampliaran y desarrollaran canales de comunicación mas potentes e inmediatos, lo que llevó al siguiente paso: si estamos todos interconectados, para que tener centros de cómputo en cada casa o empresa.  Empezando con el correo electrónico, seguimos con el almacenamiento y ahora la computación en el internet, o cómo coloquialmente se le dice "en la nube".

La promesa de los principales proveedores de computación en la nube, es que se reducirían los gastos de capital, la capacidad de cómputo sería de acuerdo a lo que se demandara y por sobre todo, la seguridad estaría garantizada ya que estos grandes proveedores habrían hecho las inversiones necesarias.  Lo único que había que hacer era contratarles (a los proveedores) sus servicios y el desarrollo de su negocio no tendría que preocuparse por la infraestructura tecnológica, que, tal como la electricidad, ya era un comodín.  A partir de ahí se desarrollaron nuevos conceptos: Infraestructura como servicio, software como servicio, bases de datos como servicios.  Y por sobre todo, lo que prometían era que, ellos serían aliados "neutrales" para que los negocios crecieran.

Todo parecía muy bien hasta hace unos pocos días.  El pasado 6 de enero y a raíz de los eventos sucedidos en el Congreso de USA durante la ratificación de Joe Biden, Twitter decide suspenderle definitivamente a Donald Trump su cuenta "para evitar más incitación a la violencia".  Es decir, Twitter es capaz de preveer el futuro y a partir de ahí suspende la cuenta de Trump para que "no vuelva a delinquir".  Todo esto parece una escena de Minority Report.  No fue que Donald Trump incumplió una regla del servicio, fue que el proveedor, que bajo las leyes debe ser neutral, aplica una línea editorial y suspende una cuenta para evitar que haga cosas en el futuro.  Ya esto es gravísimo, porque así como le pueden suspender la cuenta a una persona pública (que no es cualquier persona, el presidente de los Estados Unidos), que no pueden hacer con personas de menos exposición, más aún cuando estas empresas, con sus aplicaciones, recogen cientos de datos de las opiniones y comportamientos de los individuos.

Episodio siguiente, gente que se sintió agredida con lo que le hicieron a Donald Trump, decidieron migrar a otra red de microblogging: Parler.  Pues otros socios tecnológicos lo primero que hicieron fue suspender de sus tiendas de aplicación a dicha aplicación.  Y paso seguido, el proveedor de servicios cloud, a saber Amazon AWS, decidió de forma unilateral suspender el contrato de servicios de alojamiento de servidores, dejando a Parler sin negocio posible, o al menos hasta que este busque otros servicios de alojamiento de servidores.

Esto que ha hecho Amazon AWS sienta un precedente muy grave y pone en duda la fiabilidad de estos proveedores de servicios de infraestructura.  Si en el día de mañana, Amazon AWS, Microsoft o cualquier otro proveedor decide, por razones ideológicas, suspender los servicios de infraestructura al negocio que sea, sólo porque los dueños de ese negocio piensan distinto o apoyan a un candidato político que no les guste a los dueños o stakeholders de estos proveedores, y de un día para otro deciden unilateralmente suspender los servicios.  Y si es un banco? de un día para otro ya todos los clientes perderían su dinero (me hace recordar mucho la película Die Hard 4.0).  Y en este mundo inflacionario y e banca de reserva fraccionaria, en el mejor de los casos, nueve décimas partes (9/10) del dinero que reportan los bancos centrales es dinero virtual, dinero en asientos contables (tal como explica mi admirado Jesús Huerta de Soto), y es dinero que pueden desaparecer de un plumazo, o en este caso con un clic.

Este incidente con Parler debe hacer pensar a muchos ejecutivos de empresas sobre la computación en la nube. Hoy fue Parler, mañana puede ser cualquiera de nosotros.  Sólo por el simple hecho de que las ideas que uno comparta no sean del agrado de los ejecutivos del proveedor. Y otro elemento que siembra dudas nuevamente sobre el "cloud computing": la privacidad.  Que tanta privacidad puede haber si el proveedor puede decidir suspender los servicios por lo que uno piense o pueda pensar.

Realmente jamás pensé que los ataques mas fieros a la libertad provendrían de unas empresas de un sector que nació prácticamente libre, sin regulación alguna, y que fue gracias a esa libertad que se han desarrollado y han logrado convertirse en lo que llaman ahora Big Tech.  

Como dirían coloquialmente en mi país: quisieron hacer una gracia y les puede salir una morisqueta.  Y yo creo que les va a salir muy caro

Y si, en el "bottom line" se trata de la libertad. Libertad de expresión, libertad de empresa y en si, de la LIBERTAD.

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