sábado, 6 de septiembre de 2014

Los culpables

Dicen que en tiempos de crisis (o caos) como el que está viviendo Venezuela no es bueno buscar culpables en el pasado, sino mirar hacia adelante y buscar soluciones.  En el caso de Venezuela eso sería posible si, y como escribiera Ayn Rand, la sociedad buscara en sus reservas morales lo necesario para salir de la crisis y a partir de ahí reconstruir.  El problema radica en que estas reservas morales en Venezuela están desechas, casi inexistentes.

Lo común es mirar a los dos grandes partidos políticos del siglo XX, AD y Copei, como los culpables de esta crisis.  Señalar las culpas de estos partidos, quienes detentaron el poder por 40 años, fue lo que le permitió a Hugo Chávez llegar al poder, montado sobre una hola de decepción de ese consenso socialdemócrata (el pacto de Punto Fijo) y la extendida anti-política, sobre todo en la clase media (recordemos que una buena parte de la clase media, hoy opositora, votó por Chávez en 1998).

Y si, esos partidos tienen buena parte de culpa.  Muy a pesar que acertadamente llevaron a Venezuela por la senda de la democracia, en una época en donde lo que abundaba en Latinoamérica eran dictaduras de distintos signos.  Esos líderes y gobernantes, acertados en lo político, pero equivocados en lo económico, fueron destruyendo poco a poco el capital acumulado en décadas anteriores y erosionaron poco a poco las libertades económicas (las garantías económicas constitucionales estuvieron suspendidas por 30 años) y fueron introduciendo medidas cada vez más socialistas, consistentes con su idea de llegar al socialismo de forma evolutiva.  Cada gobierno que pasaba aplicaban medidas más socialistas, hasta llegar a lo que en 1983 llamó Carlos Rangel, a un momento de humillación nacional.

Pero además de los partidos políticos que gobernaron entre 1958 y 1998 tenemos que ver el papel que a la sombra hicieron otros movimientos políticos. En Venezuela, el Partido Comunista es el decano de los partidos políticos contemporáneos, y la mayoría de los partidos políticos descienden genealógica e ideológicamente del Partido Comunista, y aquellos que no, como Copei, se acercaron ideológicamente, tanto que en los gobiernos de ese partido se aplicaron medidas económicas para enfrentar la "nefasta influencia del capitalismo".  AD sufrió divisiones importantes, precisamente de los sectores que ideológicamente eran más cercanos al marxismo-leninismo, primero el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), movimiento que se sumó a las guerrillas terroristas de los años 60, y luego lo que en 1968 se conoció como AD-Oposición y que posteriormente se llamaría Movimiento Electoral del Pueblo (división que se dio producto que Betancourt impidió, de manera afortunada, que Luis Beltrán Prieto Figueroa fuera el candidato de AD ese año.  Si eso no hubiera ocurrido, muy probablemente Prieto hubiese ganado la presidencia, y la penetración socialista cubana hubiese sido mucho antes).

De los movimientos más importantes que descienden del PCV y de AD está Bandera Roja.  Y Bandera Roja es uno de esos culpables que a la sombra han destruido esas reservas morales sobre las que se podría reconstruir Venezuela. Bandera Roja comenzó como una escisión de los sectores anti-revisionistas del MIR y se plantó como frente guerrillero terrorista.  De hecho fue el último grupo terrorista comunista que dejó la lucha armada en Venezuela.  Pero además de las actividades terroristas, este grupo se enfocó en universidades y liceos, para captar jóvenes y adoctrinarlos en el socialismo marxista.  Es bien sabido que Bandera Roja tiene importantes núcleos en las universidades públicas venezolanas (la UCV y la UDO, las mas emblemáticas) y en liceos públicos y privados.  Profesores enquistados en esas instituciones, amparados bajo la mal entendida libertad de cátedra, han captado miles de personas para esa organización y peor aún para la ideología socialista.  

Muchos dirigentes políticos de hoy, en el gobierno y la oposición, dieron sus primeros pasos en Bandera Roja.  Y aunque sería de extrañarse que siendo Bandera Roja un movimiento (o partido) socialista de tipo marxista, esté en la oposición al gobierno de Chávez-Maduro, este movimiento es miembro de la Mesa de la Unidad, y acusan al gobierno de no ser lo suficientemente socialista (es decir, no les basta con lo que está pasando, ellos quieren más).  Me parece terrible que mucha gente que se dice opositora, vea con buenos ojos a dirigentes de este movimiento como Julio "Coco" Jimenez, o peor aún, como me discutió una compañera de clases en el IESA, defendiendo que Bandera Roja no era un partido de extrema izquierda.

Y es que esos movimientos que, aunque no hayan gobernado, a la sombra se han dedicado a esparcir y adoctrinar por décadas a centenares de venezolanos son mucho más culpables de la actual crisis que padecemos y del "actual momento de humillación nacional".  Y no es que quiera emprender una cruzada inquisitorial contra estos movimientos, pero creo que deben expiar sus culpas, y por sobre todo, los ciudadanos deben dejar de apoyarlos, pero esto es difícil dado que la mayoría de los venezolanos han sido adoctrinados por ellos.

Un movimiento opositor en Venezuela no puede permitir que movimientos como Bandera Roja estén en sus filas.  Hay que recordar siempre que los socialistas-marxistas (comunistas) harán alianzas y concesiones sólo por razones tácticas, pero una vez en el poder, sacarán sus ideas y las ejecutarán al máximo (aunque después hayan otros grupos que digan que no fueron lo suficientemente socialistas). Y Bandera Roja lo que quiere es más socialismo para Venezuela.  Y de eso ya tenemos suficiente.

¡Basta de socialismo!

Amanecerá y veremos

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