martes, 10 de agosto de 2010

Star Wars. Episodios I, II y III. Un análisis liberal.

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana...

Ese es el clásico título con el cual empiezan los séis capítulos de la obra maestra de George Lucas que por más de 30 años se han mantenido vigentes en el cine y que muestran la historia futurista de una república, su auge y caida, la creación de un imperio dictatorial y el resurgimiento de la república, todo esto teniendo como elemento central la vida de Anakin Skywalker, desde su infancia, pasando por su etapa como caballero Jedi, su caída al lado oscuro transformándose en Darth Vader hasta su arrepentimiento final.

No se si George Lucas comparte las ideas liberales. La influencia que el
pensamiento de los padres fundadores tiene en muchos americanos es muy fuerte, y creo que Lucas tiene esa influencia. Todos los episodios de la saga de Star Wars tienen un alto contenido político acerca de los principios republicanos y cómo éstos pueden ser corrompidos desde el mismo sistema que soporta a una república.

En Episodio I (editada en 1999), muestra a una República en problemas. La Federación de Comercio, influenciada por los Sith, ataca y bloquea las vías de comunicación del planeta Naboo. El senador Palpatine, quien en realidad era un maestro Sith, manipula a la Reina Amidala para pedir el reemplazo del Canciller Supremo e impulsar su propia candidatura. Cuando lo logra, tal como siempre hacen los políticos, promete acabar con la corrupción y la burocracia. Casi al final de la película, cuando logran vencer al bloqueo de la Federación, cuando arrestan al Virrey Gunray le amenazan con "quitarle su franquicia de comercio", una muestra más de cómo el mercantilismo, corrompe los principios de paz y justicia de una república.

En Episodio II (editada en 2002) la república se encuentra en crisis. Muchos planetas quieren separarse y Palpatine ha extendido su mandato bajo el pretexto de esta crisis. El episodio transcurre alrededor del descubrimiento del ejercito de clones, la enmienda a las bases legales de la República para dar poderes especiales al Canciller Palpatine para formar un ejército (es digno de resaltar el discurso de Palpatine en ese momento, en donde dice amar la democracia y promete regresar el poder una vez "resuelta la crisis") y el inicio de la guerra en contra de los separatistas. Los principios republicanos se basan en la autodeterminación de los pueblos, es decir, que si una parte de una república quiere ejercer su derecho a la secesión, debería ser posible, ya que una constitución es, a la larga, un contrato.

En este episodio, hay dos momentos que me parecen importante señalar en este análisis. Yoda, el gran maestro Jedi, en una reunión que mantiene con Obi Wan Kenobi y Mace Windu, les advierte acerca de la actitud arrogante de muchos Jedi, que se sienten seguros de su propio conocimiento (algo que a veces nos puede pasar a muchos liberales). En otra escena, cuando la actual Reina de Naboo dice "cuando dejemos de confiar en la república y en la democracia, estaremos perdidos".

En Episodio III (editada en 2005), se muestra develada la conspiración Sith. Bajo el pretexto de la guerra, el canciller Palpatine ha recibido poderes extraordinarios que ya parecen irrevocables, así como se ha mantenido en el puesto de canciller más tiempo del permitido. Palpatine conspira y disfraza su enfrentamiento como Sith frente a los Jedi como un ataque en su contra y contra lo que queda de la República y para "tener una sociedad más segura, propone establecer un imperio con un líder, él mismo, vitalicio. Padmé Amidala dice con mucha razón: Y así muere la libertad, con un fuerte aplauso. En este episodio, Anakin Skywalker es seducido por el lado oscuro de la fuerza. Palpatine usa la debilidad de Anakin, de su apego a su amada Padme, para hacerle creer que obtendrá poderes que van en contra de la propia naturaleza.

Personajes centrales de toda la historia (dentro y fuera de la película) son los Jedi y los Sith. Los primeros, representantes del bien, guardianes de la paz. Los segundos, representantes el mal, que usan la fuerza para obtener poder. A costa de parecer un nerd, estos grupos son los más cercanos a lo que son los liberales (Jedi) y los socialistas (Sith). En la vida política real, los primeros saben que el poder es peligroso y hay que mantenerlo limitado, así como saben que la violencia no debe ser iniciada en contra de otra persona a menos que sea en legítima defensa. Además reconocen que un ser humano es un fin en sí mismo y que no debe ser sacrificado bajo ningún concepto. Y por supuesto, la defensa de la libertad individual.

Los socialistas, de todos los partidos, al igual que los Sith buscan obtener siempre más poder, el poder es un fin para ellos. Y para lograr ese fin no les importa usar la violencia (la fuerza del estado) para lograrlo. Para los socialistas, al igual que los Sith, el sacrificio de algunas vidas en beneficio de "objetivos superiores" está justificado (esto puede ir desde violar la propiedad de algunos para dar beneficios sociales hasta el genocidio de millones de personas). Para los socialistas, al igual que los Sith, se debe erigir una sociedad vertical, siempre dirigida por un líder máximo, que termina siendo una dictadura opresiva. Es curioso que, dentro de la historia de Star Wars, los Sith tienen la norma de que no puede existir sólo un maestro y un aprendiz, ya que antes de Darth Bane los Sith se habían destruido entre ellos por el control del antiguo imperio Sith, tal y cómo los socialistas, que una vez en el poder, deben destruir a otros socialistas (nazis vs comunistas, fascistas vs. comunistas, comunistas vs. socialdemócratas) para que no le quiten el poder.

Episodio III, en la historia de Star Wars, termina con la imposición del imperio y de la opresión Sith. Tendrán que pasar 19 años para que la semilla de la libertad renazca junto con la República. En un próximo post desarrollaré mi visión de la trilogía IV, V y VI.

Ah! y por cierto, la profesía si se cumplió. Anakin trajo equilibrio a la fuerza. Dos Sith y dos Jedi. Fueron los Jedi quienes interpretaron que traer equilibro a la fuerza era derrotar a los Sith. Igual como muchos liberales que creyeron que con la caída del Muro de Berlín quedaba derrotado el comunismo.

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