domingo, 25 de octubre de 2009

Las consecuencias no intencionadas

Hace dos años los venezolanos tuvimos que retrasar nuestros relojes media hora. Según el ministerio de ciencia y tecnología, dirigido en ese entonces por el inefable Hector Navarro, este cambio beneficiaría a la población, ya que por tener una mayor exposición a la luz solar, se vería incrementada nuestra productividad en el trabajo y en el estudio. Se nos dijo adicionalmente, que esa media hora permitiría, que pudiéramos levantarnos con la luz del sol, ya que en la medida que las condiciones de tráfico de las principales ciudades, en especial Caracas, han ido empeorando, los ciudadanos hemos tenido que levantarnos cada vez más temprano para poder llegar a nuestros sitios de trabajo o estudio.

Ah, pero lo que nuestros planificadores gubernamentales no tuvieron en cuenta, o quizás se les pasó por alto, es que así como con la media hora menos en el huso horario, hay la sensación de que amanece más temprano, así también oscurece más temprano, por lo que el uso de la luz eléctrica se incrementaría durante las horas de penumbra. Eso es lo que se llama las consecuencias no intencionadas de la planificación humana.

Es bien sabido que el parque eléctrico nacional no recibe inversiones desde hace años, incrementándose esta desidia en estos diez años de gobierno socialista. Las únicas empresas que medianamente realizaban inversiones y mejoras eran las privadas (Electricidad de Caracas, Enelven y Luz Eléctrica de Venezuela) pero, por órdenes del comandante supremo, todo el sector eléctrico fue estatizado. El dinero de las inversiones que realizaban estas empresas ahora se destina a "inversión social", ese concepto absurdo que vuelve a las empresas una especie de casas de beneficiencia pública.

En los últimos meses los venezolanos, de cualquier clase social y de cualquier simpatía política, hemos tenido que sufir ausencias y recortes en el servicio eléctrico. Recortes que ahora llaman de manera muy cínica, racionamientos preventivos. Y peor aún, el gran lider socialista amenaza con recortar el servicio eléctrico a quienes pagan, como los centros comerciales y las empresas privadas, porque hay que recordar que las empresas y oficinas públicas siempre han mantenido deudas gigantescas con las empresas del sector eléctrico.

¿Qué hubiese pasado si estos recortes los hubiesen realizado las empresas siendo privadas? Hubiésemos visto a personajes como Eduardo Samán, torquemada del acceso de las personas a los bienes y servicios, ir a multar y perseguir a estas empresas por "estafa y mal servicio a los usuarios". Ah, pero como las empresas son públicas, de eso no se habla, es un racionamiento preventivo. Los usuarios deberíamos ir a denunciar y demandar a estas empresas ante el Indepabis y ante los tribunales. No van a hacer nada, pero que quede constancia de su ineptitud y complicidad.

¿Por qué mejor no adelantamos el reloj de nuevo y devolvemos la propiedad de las empresas eléctricas al sector privado? De eso ni hablar, porque el gobierno y la oposición socialista no creen en la propiedad privada de esos sectores que llaman "estratégicos".

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